lunes, 25 de mayo de 2015

Te pido disculpas José Luis





Estimado José Luis, te pido disculpas como carbonero nada más empezar porque no te mereces lo que ha pasado. Me apetece decir en público lo que llevo tiempo pensando y comentando en privado.

Te confieso que siempre me ha deslumbrado tu capacidad para expresar con las palabras justas la idea-fuerza que las inspiran. Sé que insistes una y otra vez en que quieres una Carboneras como Dios manda. Eres cariñoso, formal, divertido y un trabajador incombustible y comprometido donde una gran bandera te avala, la educación.

Me emociona cuando te brillan los ojos cuando hablas con las personas mayores de tu pueblo, con esa gente joven, si esas incondicionales que son envidia de otros partidos que se parten el pecho por defender una Carboneras más digna, más justa, más igualitaria y más de todos los carboneros que quieren avanzar y luchar para que sus hijos tengan el mejor futuro del mundo.

Que nadie crea que surges hoy de la llamada urgente de estos tiempos críticos ni de regeneraciones de viejas políticas. Tú encabezas esa generación de carboneros junto a Mateo, Isabel, Vanesa, Ramón, Antonia, Pepi… y muchos más jóvenes que quieren un pueblo que sea la envidia de Andalucía, por sus infraestructuras, por su turismo, por su sanidad, por su educación, por sus deportes… y porque trata a todos los carboneros por igual, sin importarles quien es su padre y su madre.

Has sido José Luis un activista de primera línea en el sentido más digno y noble. Tu huella la has dejado a lo largo de la campaña, con dignidad, con humildad, con ganas, con soñar frente la política de barra de bar de otros, los que se creen señores de Carboneras, forjados de odios, y los que sin tapujos y sin escrúpulos insultan a todos los carboneros, llamándoles basura.

Ya no les queda ninguna herencia que terminar. Se les acabó el chollo José Luis. Me quedo tranquilo porque observo con enorme interés cómo habéis aprendido que el crecimiento de un pueblo se puede plantear pacífico y democráticamente dentro de las instituciones. Y así hay que seguir trabajando, desde la educación, y demostrándole que con el engaño en el voto, sólo perdieron su pueblo, sus hijos y nietos.

Imagino que hoy será un día difícil, que puede dolerte que alguien piense que han domado tu espíritu; pero no lo hagas. El posibilismo, positivismo y pensar que las cosas se pueden hacer de otra manera es la única forma de pelear por lo imposible. Sé realista: si hay alguien que puede tender un puente entre esos que se esconden detrás de En mi corazón Carboneras, pésimos gobernantes, gastados por tanta maldad, que riegan a la gente con falsas promesas y esa explosión de ilusión y movimiento por Carboneras, sóis vosotros.

Perdona mi atrevimiento al darte un consejo que no me pides: no desperdicies tu capacidad extraordinaria de liderazgo junto a la gente que te quiere. Que no te cuenten cuentos, tú representas la sonrisa y la recuperación de la decencia personal y política. Eres vecino, amigo, compañero, activista y seguro, que al final, tu equipo y tú ganaréis la lucha de David contra Goliat.

Estoy triste, sí, pero sé que tú has llegado junto a tus compañeros y más vecinos de Carboneras para quedaros representando la responsabilidad al frente de las demandas y reivindicaciones ciudadanas, y una posibilidad que ha estado cerquita tras años de sufrimiento, de dejar a familias al borde de la desesperación económica, de crecimiento de paro desesperado, de subida de impuestos, de no respeto a los ciudadanos, de no querer el turismo...

Ellos son un pacto complejo, casi contra natura, de intereses económicos, alimentados por mucha víscera, donde el odio, la envidia y su grandiosidad por las fiestas son su verdadera bandera.

Habéis iniciado un cambio real, y esos más de 1.800 votos os avalan para frenar el totalitarismo y la dictadura de mirilla que han impuesto en el Ayuntamiento. Ellos no han ganado ningunas elecciones, así que tendrán que tener cuidado de no pisotear los derechos de los carboneros.

Me gustaría equivocarme, pero el trazado que veo es un territorio minado por concesiones que pondrán en aprietos a unos y otros, y la que perderá será mi Carboneras que quería un cambio harta de tanto clientelismo político. Que Dios nos pille confesados. Nunca hay que rendirse. A mi me da vergüenza ajena pensar que algún carbonero hoy sentado en su sofá piense que ya no hay vuelta atrás, porque las elecciones fueron ayer, y prefirieron depositar su papeleta alimentada por la vieja escuela, el vino gratis, y que se jodan, que se jodan; y querer el empobrecimiento de un pueblo, en vez de DIBUJAR UNA CARBONERAS CON FUTURO. Lo siento así, y así se lo he contado. Pese a quien le pese. Ellos se lo pierden y ustedes les defenderán porque en su corazón si que está CARBONERAS. Es injusto pero la democracia es así.