Todo lo que marcan los libros de Recursos Humanos se lo pasan por el forro nuestros gobernantes en el Ayuntamiento. No hay secretario que resista a este dúo dinámico de lo que no se debe hacer tratándose de personas. Pero bueno, ellos conocen de sobra sus modales; y no escuchan, ordenan y no dan la cara, para no decir las trifulcas que han montado en pleno Ayuntamiento.
Lástima. 8 años perdidos de dimisiones, de despidos, de cambios de lugar, de rebajas de sueldo, de no escuchar a todos por igual... es tremendo. Pero seguro que a partir de ahora, tomarán nota y se pondrán a tope a estudiar cómo motivar a sus funcionarios, como estimularlos, como escucharlos, como ayudarles a formarse y a superarse y cómo ayudar a crear empleo estable y no dar de dos meses en dos meses que las criaturas no tienen ni para sus primeras necesidades.
Lástima que todo lo que iban a cambiar, lo estén haciendo todo al contrario.
8 años perdidos. Pero de dura enseñanza para los que lo tienen que sufrir todas las mañanas, ese descontrol, esa ineficacia. Más de un funcionario piensa en tomarse días de fiesta para no aburrirse en la oficina.
