lunes, 26 de junio de 2017

El pabellón de Deportes de Carboneras tendría que llamarse Miguel París: el chacho tuvo la culpa que Ricardo Amérigo y Alejandro Hernández dejen el nombre de Carboneras en el cielo internacional







En el Ayuntamiento de Carboneras ya parece que tienen fecha para poner en marcha el ansiado proyecto del Pabellón de Deportes. Todo indica que para principios de 2018 estará listo, incluida piscina, así lo comentó el actual alcalde, Salvador Hernández, en la edición del deporte carbonero. Y es que Carboneras posiblemente sea uno de los pueblos con más alto índice de deportistas por metro cuadrado de la provincia. Pero es más, se practican casi todas las modalidades deportivas, casi, casi podría albergar unas miniolimpiadas carboneras.

Ricardo Amérigo y Alejandro Hernández han dejado el nombre de Carboneras en el cielo internacional. A más de uno de los que hemos visto los partidos en directos, se nos vino a la cabeza, el inicio del balonmano en Carboneras de la mano de Miguel París, un maestro de cole, apasionado a este deporte que nos ha dado tantas satisfacciones a nuestro pueblo.

Pero es más, antes de la llegada del balonmano, tan sólo se conocía en nuestro municipio algo de fútbol, es cierto que más de un veterano, hoy podría haber desfilado por las listas del Real Madrid y Barcelona, por sus cualidades, pero eran otros tiempos.

También, podríamos ver jugar durante los veranos a los franceses en la playa de los Cocones o en los Barquicos a la petanca, y alguno que otro a baloncesto. Pero hasta la llegada del maestro, como le conocemos todos los que hemos tenido la oportunidad de conocerle desde cerca, el deporte era casi inexistente en nuestro pueblo. Con él, empezaron los primeros campeonatos de balonmano, de atletismo (recuerdo alguna mujer que hoy podría haber tenido también alguna medalla en sus manos por sus marcas en los campeonatos de Almería y Andalucía), de baloncesto, de tenis... etc, etc. 

Pocos, por no decir casi ninguno, merecía un gesto como Miguel París ante los centenares de niños y niñas que hoy recorren en todas las modalidades deportivas las pistas, los pabellones, los campos de la provincia, Andalucía y España con el nombre de Carboneras.

Pero ahora saldrán los detractores políticos a decir que Miguel París ya estuvo sentado en el Ayuntamiento con el PSOE y que pensaba en modo balonmano. Y sí, y seguro que erró en más de una ocasión, pero también tengo claro que hoy el Pabellón de Deportes, un macroproyecto deportivo, gestionado como él soñaba podría ser hoy un centro de alta tecnificación en la provincia. Pero nos quedamos, en lo diminuto, en lo fácil, las piscinas necesitan muchos recursos para calentarla; y no sé finalmente que quedará de aquello.

Hoy el deporte carbonero brilla. Mujeres y hombres; hombres y mujeres, sin excepción: Inés, Marian Ruíz, Ana, Fina,  Ricardo, Alejandro, María, Juan, Pedro... etcétera, etcétera, son ejemplos de cómo un pueblo puede avanzar con los grandes valores que proporciona el deporte.