viernes, 10 de marzo de 2017

Viva las madres que os parieron: "Miguel París, te queremos"





Han pasado más de 30 años desde que llegó el balonmano a Carboneras. Y 30 años han tenido que pasar para que las mujeres de Carboneras dijeran alto y claro "Miguel París te queremos" Desembarcó en el Simón Fuentes un hombre con bigote, humilde, activo, trabajador, inteligente, cariñoso y sobre todo, un padre para muchos y muchas, y nos puso a todos a jugar a balonmano, a hacer atletismo… y poco a poco empezaron a salir las clases de tenis, de bádmi...nton, de fútbol, de baloncesto, de rugby playa, de vóley playa, la carrera Agua-Carbo y ahora hay hasta zumba y pilates.
Era algo más que hacer deporte. Era algo más que competir. Miguel París inculcó una filosofía de vida a nosotros y a muchos de nuestros hijos. El respeto, la amistad, el trabajo en equipo, la participación, la convivencia, la justicia, el reto personal, la humildad, el autodominio. Eso es el deporte.
La generación del 70, 71, 72, 73… hasta la actualidad llevan fijado en el pecho el nombre de sus entrenadores, y de ese alguien que apostó por el deporte, desde los pequeñitos, hasta los mayores, porque tenía claro que el deporte y ser carbonero, era una pareja perfecta. Los balonmanistas pasean y llevan Carboneras por toda España y ganan muchos campeonatos; el fútbol, el tenis, el baloncesto… también dieron sus frutos. Y muchos de nuestros/as hijos están estudiando educación física, juegan en otros clubes nacionales e incluso han ganado campeonatos internacionales... gracias a aquella fábrica de valientes. Y muchas madres y padres que depositaron su confianza en él porque antes sus hijos/hijas no habían pasado de los Cocones para practicar deporte. Y venga caminas de Almería, todos los sábados a las 7.30 de la mañana esperaba el autobús en la puerta del Simón Fuentes.
Costará sudor y lágrimas, pero seguro que hay valientes, que piensan en deporte, como este grupo de mujeres que ayer recibieron el Premio del Instituto de la Mujer, y dijeron alto y claro: Miguel París te queremos.
Gracias maestro.