viernes, 21 de febrero de 2020

La oficina de recaudación en la que Felipe derrochaba más de 300.000 euros




Hoy el Pleno tocará un tema de gran calado para Carboneras, la oficina de recaudación que inventaron Felipe y Salvador con sus famosas tablas de Excell. Si los números no mienten, el Ayuntamiento de Carboneras ahorrará más de 300.000 euros, que son unos cuantos millones de las antiguas pesetas, en un servicio que estará en Carboneras, abierto todos los días; y que se devolverá a Diputación. Es cierto que los trabajadores que estaban, que hacían muy bien su trabajo, no tienen la culpa del derroche millonario que hacía D. Felipe y D. Salvador; como en muchas partidas presupuestarias que dejaron en cifras rojas, por mucho que hoy digan que dejaron saneado un Ayuntamiento. Para ellos sí, para los proveedores no. Un tema que no deja indiferente a nadie y que hoy tendrá que explicar Felipe con todos sus argumentos, esos que no acierta ni una, salvo en las facturas que pasó a su padre. No es que su padre no puede trabajar para el Ayuntamiento como cualquier otro empresario, pero es que éticamente es impresentable, impermisible. Hoy ya están en el banquillo de la oposición. Sólo el tiempo le dará o le quitará la razón. De momento, no la tiene.


Asistencia social todos los días y pasos para el Centro de Día



Diferentes asuntos de gran calado se han resuelto en Carboneras. En tiempos de Felipe y Salvador, la asistente social perdió peso en nuestro municipio. Antes la trabajadora social estaba en Carboneras sólo martes y jueves, y ahora ya está toda la semana. Mientras que en la época más desastrosa de Salvador y Felipe se dedicaban a criticar y dañar la imagen de los profesionales del departamento de Asistencia Social y a poner obstáculos para algunos vecinos de Carboneras y a paralizar expedientes, ahora vuelve todo a la normalidad y sobre todo a poner en valor un servicio que es de imperiosa necesidad para el bienestar de los ciudadanos. Bravo, y bravo.
Y en breve también se conocerán los grandes pasos que se están dando para hacer realidad un Centro de Día que no sea como la historia que nunca tuvieron que contar Felipe, Salvador y Maria Angeles. Impresionante las sonrojeces que hacían pasar a los carboneros en Diputación.