Un mes, tan sólo 30 días, está tardando José Luis en poner los cimientos para empezar a funcionar dentro de la legalidad con el apoyo por supuesto de un partido que ha preferido dar su apoyo al partido más votado y al partido que empieza a coger las riendas de un pueblo que estaba en un auténtico precipicio.
José Luis y este equipo de personas que conforman la nueva corporación, en la que estará seguro según los primeras noticias que aparecieron en la prensa local, los componentes de GICAR, tiene un pedazo reto que cumplir, a pesar de que siempre haya alguien que no esté contento: colocar a Carboneras donde estos deportistas que pasean su nombre por el mundo, y España, se merece. Que nadie nos vuelva a sacar los colores.
Otra forma de gobernar seguro que cobra fuerza y otros modales porque lo que está claro que por el camino que íbamos había muchas calles sin salida y muchos contenedores sucios, en la mejor expresión metafórica. Y ya se está viendo.
Serán cuatro años diferentes. Los miembros del PSOE con el apoyo de GICAR (que han preferido estar aquí trabajando que con sus antiguos compañeros, todos ellos sabrán las verdaderas razones a pesar de las súplicas de última hora de un Felipe Cayuela que está desesperando por momentos) ya están trabajando y esperamos que por el bien de todos den una auténtica lección de gestión.
Tendrá que ir poniendo cada ladrillo que durante muchos años se derribaron; de momento han tenido que montar todo desde 0 y van en quinta. No hay un minuto para detenerse. Campañas de verano, reuniones en Almería, reuniones internas, cultura, deporte, playas... un desaguisado que están arreglando porque la anterior corporación ni estaba ni se le esperaba, y el que estuvo, Felipe Cayuela, lo dejó todo patas arriba y amarrado sólo lo que a él le interesaba para su granero de votos. Promesas rotas que utilizan como argumentos para intentar desestabilizar a un José Luis, tranquilo, sensato y transparente que ya está haciendo un buen trabajo.