domingo, 17 de mayo de 2020

El Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores, Vicente González: "Francisco Hernández Benzal, no fue como usted dice, todo el proyecto está modificado tanto Cofradía como CarboPesca no estamos de acuerdo con la modificación"



El Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Carboneras ha sido contundente ante un  comunicado emitido por el Club Náutico Isla San Andrés Carboneras. Para Vicente González, "la modificación que han hecho no es la acordada". Según ha manifestado Vicente González: "Francisco Hernández Benzal. No fue así. Todo el proyecto está modificado y tanto Cofradía como Carbopesca no estamos de acuerdo con la modificación".
Más claro no se puede manifestar el Patrón Mayor que ya dejó claro a través de las RRSS que no estaba de acuerdo con la modificación. “Hoy vienen después de tres años sin decirnos nada. Los pescadores no nos oponíamos al puerto deportivo. Pero esto es un puerto pesquero, no es centro comercial. De aquí vivimos unas 400 familias directas más pescaderías talleres, tec. Por favor, que no nos tomen por tontos”.
Ya CarboPesca se mostró también en contra del nuevo  modelo de puerto deportivo a través de un comunicado.
Hoy el Club Náutico hizo un comunicado en el que admite varios cambios:
1.- En Marzo de 2016 salió la primera información pública de un proyecto que salía por unos 3 millones de euros. Hubo alegaciones y propuestas de mejoras por todos los sectores, incluso particulares.
En Marzo de 2017 volvió a salir otra información pública con el proyecto reformado según las alegaciones y por un valor cercano a los 9 millones de euros. Volvieron a presentarse mejoras.
Pero lo que es incomprensible como el Club Náutico Isla San Andrés y su presidente, Francisco Hernández Benzal, no ha escuchado el clamor de los pescadores, han admitido cambios de presupuesto y de inversión que han marcado una diferencia de 6 millones de euros y no toma nota del cambio de esquema. El nuevo modelo de Puerto Deportivo que obedece a sus intereses más particulares que del conjunto del sector pesquero, calificado por algunos pescadores de verdadera aberración.
Según anuncia el presidente del Club, Francisco Hernández Benzal, el proyecto de reordenación del Puerto Pesquero de  Carboneras supone la mejora y una ordenación más racional del espacio pesquero y la ampliación de la dársena deportiva hacia tierra y advierte que construirá amarres para los jubilados del mar. Sin embargo, no se entiende el malestar suscitada por muchos de los miembros de otros sectores afines.
Según afirma en su comunicado, la licitación comprendió tres exposiciones públicas, algo inaudito, numerosas alegaciones y propuestas de mejoras atendidas por la Junta, dos denuncias anónimas y ¡dos concesiones!
Nunca una mejora evidente había tenido tanta resistencia que llevó a retrasar esas mejoras durante más de 20 años. En 2014, por fin, en un acuerdo entre Cofradía de Pescadores, Carbopesca, Club Náutico y Ayuntamiento de Carboneras, consiguieron desbloquear el proyecto anclado durante más de dos décadas.
Añade que en Marzo de 2018 volvió a publicarse otra información pública y esta vez no hubo ninguna alegación.
En Octubre de 2018 se abre la licitación pública a la que concurrimos a la sede de la APPA en Sevilla dos empresas locales: la que representaba a nuestro Club y otra de nombre HI GRUPO que representaba a capital exterior y empresarios locales. Este grupo finalmente no consiguió reunir los requisitos económicos y profesionales para licitar. Nosotros sí.
La Junta de Andalucía otorgó, después de pasar por 4 tribunales evaluadores, la concesión a UTE PUERTO DEPORTIVO DE CARBONERAS, algo que dos denuncias anónimas volvieron a retrasar unos 5 meses más. Finalmente, se nos dio la concesión definitiva en noviembre de 2019.
Denuncian que hoy, con todo en marcha para efectuar esas mejoras, esas mismas fuerzas que no consiguieron lograr sus propósitos, que incluían desarrollos urbanísticos con un punto de amarre cada vivienda, utilizan la desinformación y quizás intereses espúreos para continuar poniendo trabas a un proyecto que va a suponer una fuerte ayuda a todos los sectores de la localidad.
Pero por qué suscita tanto malestar entre los pescadores, ¿Por qué se siente engañados? ¿Por qué no pueden convivir ambos sectores  conjuntamente y dar realce a un Puerto Pesquero con servicios de un sector complementario náutico?
¿Por qué siempre tienen que perder el sector pesquero con lo que costó conseguir este Puerto?
¿Por qué siempre tienen que perder los carboneros mientras que hay grupos empresariales que quieren cortar tajada en perjuicio de los hombres de la mar?

Señores del Club Náutico Carboneras Isla de San Andrés no cuesta nada y sirve de mucho buscar el consenso de todo el sector pesquero y usted irán con la cabeza bien alta. De esta forma, por la puerta de atrás, quedarán solo la historia de un puerto del engaño y la manipulación.















El te quiero a Julio Anguita por Amalia, la directora del Simón Fuentes: "El pueblo de Carboneras es un pueblo que sabe estar cuando así lo requieren las circunstancias. Dale las gracias al azul turquesa de Carboneras"









La directora del Colegio de Simón Fuentes relata su amistad con Julio Anguita en el diario de La Voz de Almería y lo que despertaba Carboneras en este gigante de la política. Un hombre íntegro que supo vivir con su pensar y su corazón.

(Fuente la Voz de Almería) Escrito Por Amalia Fernández Rodríguez es maestra y directora del CEIP 'Simón Fuentes' de Carboneras.



TE  QUIERO  JULIO
Un corazón traicionero para un GRANDE.

Julio llegó a mi vida a través de mis grandes amigas allá por los noventa cuando trabajábamos por visibilizar el papel de las mujeres en la enseñanza y en nuestro sindicato (USTEA).

Cuando me presentaron a Julio y le dijeron que yo era de Almería enseguida, con la rapidez mental que le caracterizaba pero con la parsimonia de su discurso, me dijo:

-Almería la más “mora“ de todas las ciudades andaluzas. Y empezó a desgranar una retahíla de piropos sobre los pueblos de Almería: Alhabia, Velefique, Fondón, Laujar,…
-Vivo en Carboneras, le dije.
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Mientras tomábamos un vino con anchoas, en un bar de Córdoba, comenzó a relatarme que había venido a Carboneras hacía muchos años, en los 70, a unas colonias con los niños de su escuela y que se alojaban en el colegio y recordaba las playas y el pueblo y, cómo no, el azul turquesa de sus aguas que tanta paz otorgan al espíritu.


Años después cuando me llamó para ver si podía pasar aquí un verano, en casa, que tantas veces se le había ofrecido y, pese a la situación, (acababa de perder a su hijo en la Guerra de Irak), me sentí “alegre” por él. Yo presentía que ese verano le sentaría bien.

Cuando Julio llegó una tarde del mes de julio con su hija y un amigo, con un levante de esos que llena las calles de arena, creí morir. “Acostumbrado a tantas tormentas esto es sólo viento”, me dijo.

Durante todo el mes estuvimos los cuatro juntos todo el día, excepto la hora de la siesta y de la lectura, que no perdonaba. Por aquellos días leía a San Juan de la Cruz, del que dice que aprendía muchísimo. Nunca dejó de aprender.

Las mañanas las dedicábamos a la playa, fundamentalmente, nadando casi hora y media en el mar. Daba igual la playa, las recorrimos todas: El Corralico, el Lancón, Las Marinicas, Los Barquicos, Los Cocones, El Algarrobico…

Las mañanas con él se hacían de película porque sabía cosas que los demás no sabíamos y, además, de todo, era un gran conversador. Le hacía gracia las caras de asombro que yo ponía. Reía a carcajadas. La gente decía que era muy serio e inaccesible. Nunca lo conocieron en lo personal.

Después de la playa, el aperitivo. Aparecer en un bar de Carboneras con Julio Anguita era una tarea difícil para mí y más como él estaba en esos momentos. Yo no quería que nadie le preguntara sobre la muerte de su hijo o le dijera esto o aquello de la política. Quería que estuviera tranquilo y en paz.

Pero el pueblo de Carboneras es un pueblo que sabe estar cuando así lo requieren las circunstancias y me quedé admirada de las y los carboneros por su respeto y comprensión hacia ese líder político al que admiraban pero que a la vez respetaron en esos momentos.

Me llamó la atención que algunas veces al saludar se pararan personas diversas y de diversa edad para saludarlo de forma respetuosa y haciéndole un reconocimiento como al político más honrado.

“Era mi trabajo, señora”, respondía y, a continuación respondía con una pregunta, “¿no es usted también honrada en su trabajo?”

Comíamos siempre en casa, con esos guisos de la gente de la mar que él tanto le gustaban. Él hacía de lujo el bacalao al pil-pil, con más o menos ajo, pero con su toque especial. Decía que se lo enseñó a hacer un político vasco.

Alguna vez nos invitaron a cenar, en alguna terraza bonita del pueblo, mi compañera Mari Carmen y él estuvo siempre soberbio y agradecido.

Julio es la persona más inteligente que he conocido, la más perseverante y la más honesta. Cuando lo llevé a comer a mi barrio conoció a mi hermano y a mi padre. Cuando estrechó la mano de mi padre me comentó:

- “Eres así por las manos que te sostuvieron”.

Mi padre le contó la historia de su vida en la posguerra, de nuestro barrio, de sus días en la mar, de las dificultades económicas,... Él lo escuchaba con una atención extraordinaria.

Nunca le regalé nada, él contribuyó económicamente a su estancia:

-    “Somos maestros, el sueldo da para lo que da”.

Nunca permitió que nadie pagara en un bar.

-    “Todo el mundo tiene sus propios gastos”.

Cuando acabó julio y Julio se fue, nos despedimos en la Playa del Algarrobico, la misma que pisó el día que vino y donde se desahogó y arrojó muchas lágrimas. Subió en el coche a su hija y al amigo Jesús con el que venía y marchó tranquilo para Córdoba. Al llegar me llamó por teléfono y me dijo “dale las gracias al azul turquesa del mar de Carboneras porque ha calmado, en parte, mi dolor”. Volveré, me dijo, y así lo hizo.

UN GRANDE AGRADECIENDO ALGO TAN PEQUEÑO COMO EL COLOR AZUL DEL MAR.

Una amiga mía ha comentado estos días: “Qué pena que los buenos cargados de razón se vayan de puntillas”.

Pero Julio nunca pasará de puntillas, nos quedarán sus ideas en nuestro espíritu, sus enseñanzas en nuestra vida y su gran y mal herido corazón rojo.
Sit tibi terra levis.

Amalia Fernández Rodríguez es maestra y directora del CEIP 'Simón Fuentes' de Carboneras.