martes, 11 de septiembre de 2018

Felipe llora por El Algarrobico, no quiere el proyecto de Salvador en El Lometico que vendio a bombo y a platillo y le quiere echar un pulso a Susana cara a las elecciones






Felipe llora por El Algarrobico. Al día siguiente de la sentencia de muerte para el hotel de El Algarrobico amaneció en Carboneras frío y ventoso. Gris. Un cielo plomizo amenazaba con descargar su llanto un pueblo que gritó bien alto en favor del hotel. Carboneras tiene alrededor de 8.000 habitantes  y un 25 por ciento de paro.

El pueblo está cansado y aburrido del caso de un hotel que se construyó con el consentimiento de todas las Administraciones y que luego ha resultado ser la lacra del urbanismo de España, como mayor símbolo de destrucción de la Costa. A 20 km de allí, se levantan hoteles por todo el litoral Mediterráneo y todo vale. 

Carboneras se convierte en un agujero negro de las Administraciones. Nadie reclama la contaminación que desprenden estas fábricas que tanto han dado y a la vez quitado a nuestro pueblo; pero es más; y desde hace años son incapaces de derribar y volver a poner El Algarrobico en su sitio. Difícil devolver el encanto a la montaña, pero ni el Gobierno de Madrid, ni el de Andalucía se han hecho ni una foto delante de un Museo de la Destrucción como lo ha vendido Greenpeace. Las promesas nunca llegan y los políticos de más allá de la Venta del Pobre "pasan" de nuestro pueblo mientras como bien recordaba el ex alcalde Salvador Hernández en un artículo de un diario nacional, me tratan como el alcalde paleto del pueblo perdido donde se ha construido lo que llaman esta aberración.

El alcalde de la criatura fue un Cristóbal Fernández que buscaba colocar en el mapa turístico a Carboneras. Más acertado o menos, el hotel se construyó y hoy; nuestro alcalde Felipe quiere convertirlo en un geriátrico.

No es ninguna aberración para los "jóvenes del Imserso" que viniesen a tomar el sol, pero Felipe como un gran mago, creo que nunca ha estado en un geriátrico, se cree que aquello puede albergar el Centro de Día que prometió y que es incapaz de gestionar, porque su concejala de Asuntos Sociales ya estuvo en los despachos de Almería acompañada por una empresa sin saber por donde meterle el bocado a una infraestructura más que necesaria para este pueblo que se hace anciano y que tiene una necesidad vital de contar con estos recursos asistenciales para la tercera edad.

GICAR llevaba y tiene encima en su programa electoral hace ya casi 8 años la construcción de un Centro de Día, hace poco lo vendió a bombo y platillo con la directora del Centro de Salud, Sofia Caparrós delante, en los terrenos municipales junto al Lometico y al Centro de Foro Abierto de la localidad. 1.500 metros cuadrados divido en un bajo, dos plantas y dos sótanos, no para ellos de plazas de aparcamiento; frente a los casi 50.000 metros cuadrados del ansiado y detestado hotel.
Como son incapaces de realizar un proyecto, llevan 8 años sin levantar un proyecto en Carboneras de gran calado, salvo poner parches y dejar morir a las calles y el empleo carbonero, eso sí vuelven a cometer el error de querer convertir el Ayuntamiento en las oficinas del INEM para generar la bolsa de presuntos votos cara a mayo, se saca de la chistera una idea que tardaría años, quizás se jubile, y no lo veríamos los carboneros de la generación del 60.

Felipe quiere echarle un pulso a Susana, pero sabe que es una verdadera patada a Carboneras porque no podrá de inmediato sacar adelante una idea que por muy buena que pueda ser, y que lo lleva en su programa electoral, estamos ante unos terrenos que según todas las sentencias ilegales, aunque sea para un uso social.

La verdad que allí sería un excelente "hotel residencia" para dar vida a la tercera edad, y dar una calidad y bienestar impresionante, como también puede serlo el Simón Fuentes aunque por su dimensión puede no reunir todos los metros para hacer un proyecto como Dios manda o todos los organismos competentes desean.

Mientras que el Simón Fuentes se convierte en el desierto carbonero, ahora Felipe quiere marear la perdiz con unas infraestructuras que los carboneros piden a gritos; pero eso se proyecta, se buscan terrenos y se levantan, "copiando" los mejores modelos asistenciales que existen a lo largo y ancho del territorio nacional.