Nuestro alcalde, Salvador, dará la salida a la Vuelta a Almería el próximo domingo. Con un trazado a nivel del mar los ciclistas y sus acompañantes podrán vivir la fiesta del pedal en una localidad de las más deportivas de la provincia e incluso de Andalucía. Sin embargo, durante su presentación en Almería lucía una cara de pocos amigos, al comprobar que su equipo y él son verdaderos artífices de crear problemas donde no los hay, y de hacer un gran agujero problemático, donde se puede resolver con un buen gesto humano, una llamada de teléfono o simplemente un apretón de manos. Pero lo que es peor, es que los militantes del Partido Popular andan preocupados por un pacto que hace aguas y que se va a pique si el Alcalde es condenado el próximo día 26 de abril por ocultar información a la oposición.
El Pacto del Clan del Ariel no sólo da qué hablar en los corrillos del pueblo sino traspasa las fronteras de la Glorieta, son el hazme reír y el enrojecimiento de Diputados y Delegados de Andalucía ante sus formas insolidarias. Sólo se miran a su ombligo.
El PSOE ha pedido la dimisión del alcalde al conocerse su imputación en el juicio que tendrá lugar el próximo día 26 y ha pedido responsabilidad a los populares para que abandonen el pacto y dejen de arropar a un alcalde que se sentará en los banquillos. Pero me temo que el dúo Salvador Alarcón y Pascual Díaz les costará coger el bisturí y romper con unos socios que le hacen la cama y les hacen sonrojar, pero ellos aguantan como verdaderos jabatos sus humillaciones y sus modales.
