El rescate entra en la curva antes de la recta final. El presidente del Partido Popular en Almería, Gabriel Amat, lo tiene claro. El peso más pesado de los populares reconoció ante la Junta Directiva Provincial que no está nada satisfecho con los resultados que se han obtenido y la pérdida de votos, por lo que es de vital importancia que cada uno haga un examen de conciencia y que se asuma la responsabilidad, porque los ciudadanos nos han dado un aviso, les han sacado tarjeta amarilla. Reconoció que han faltado cosas por hacer y pidieron que gobierne la lista más votada.
Pero en Carboneras, se puede romper la regla. ¿Dejarán gobernar a la lista de José Luis, la más votada, pactando transparencia y avance por el pueblo, con acuerdos puntuales; o se irán a encerrarse en la jaula con los leones del GICAR y sus secretos?
Otra de mis grandes dudas, es si GICAR aceptará dar al Partido Popular la concejalía de Hacienda, hoy en manos de Felipe Cayuela. Difícil papeleta para desenredar.
Otro de mis interrogantes es si Pascual Díaz será capaz de aguantar la presión que impondrá GICAR y que irá en muchos casos en contra de los intereses de la gran mayoría de los carboneros.
¿Qué sentirán los que no votaron a José Luis pensando que sería el mejor castigo para la lista socialista olvidando que el castigo es para Carboneras y sus hijos/as? Creo que más de uno ya se tira de los pelos, porque cuatro años son demasiados días.
Pero bueno como dice el refrán, a río revuelto ganancia de pescadores. ¿Quién se llevará el gato al agua?
La posición más cómoda, aunque duele, es la de PSOE, ganador; y ver los toros desde la barrera, porque el culebrón que vamos a ver en los próximos años si al final vuelven a pactar, no tiene nada que ver con la famosa telenovela los Ricos también Lloran. Demasiada víscera junta y mucho nervio a flor de piel.
