miércoles, 8 de mayo de 2019

Mientras los empresarios van en quinta... los gobernantes ponen ruedas y pinchan en Carboneras: Merece la pena que volvamos a estar de moda, pero no por poyeyadas sino por el efuerzo y su trabajo



Martín, Ramón, Víctor Ortega, Hotel Las Palmas, El Dorado.... y así hasta un sinfín de empresarios, establecimientos comerciales, pescadores, agricultores, transportistas, constructores... piden paso.
Van en quinta, haciendo muy bien sus deberes y trabajando de forma intensa por sus negocios. Carboneras necesita volver a conocerse por su trabajo y por su esfuerzo. La colaboración pública-privada para las economías locales son más que indispensables. Almería está de moda, y Carboneras podría aprovechar hasta las sinergías de una ciudad que se mueve.

Mientras nuestros empresarios aprietan el acelerador, con un trabajo de primera, nuestros gobernantes van a ralentí y pinchan ruedas.

Perdón, ponen trabas sobre el tren de gran velocidad que desea y espera coger nuestro pueblo.

Si ayer se perdió una bandera azul, la del Corral porque una playa de estas características es difícil que la consiga y menos si se empeñan en cambiar su fisonomía; la popeyada nos hizo pasar a todos la vergüenzas y el sonrojo más grande que puede tener un pueblo; y así suma y sigue como el SÍ que se dio sin consultar al pueblo al transporte del mineral de hierro hace ya 6 años, o el deterioro y abandono que sufren nuestras calles, las infraestructuras, el incremento del desempleo sin ninguna opción de creación de puestos de trabajo, los impuestos más altos de la provincia, o la falta de iniciativa de planes de dinamización turística y comercial, o la falta de sumar esfuerzos en pro de una economía sostenible, con el medioambiente, el sector industrial y pesquero. Hasta una simple rotonda no han sido capaces de ejecutar en 8 años. Eso sí, las facturas vuelan. Y no vuelan para todos. Aterrizan siempre en el mismo tejado. Injusticia, desigualdad y abandono. Son las tres palabras que definen PP-GICAR. Y encima son incapaces de asumir sus errores y mirar al futuro con dignidad y decencia.

Es una cuestión de interés local el que empecemos a exigir desde ya que deseamos, queremos otra Carboneras. No es viable que Carboneras quede en un segundo plano, que lo de verdad nos importa a todos, se intoxique, se manipule y sea residual cuando 8.000 ciudadanos necesitan VIVIR en un PUEBLO QUE SE LO MERECE.