martes, 18 de febrero de 2020

Los Moros y Cristianos son de Carboneras; San Antonio es de los carboneros... y Carboneras, de los que la quieren


Menuda polémica se ha montado con los Moros y Cristianos. Como si una de las tradiciones más importantes del Mediterráneo, y en concreto de nuestro pueblo, perteneciese a una persona en particular o que fuera a desaparecer.

Desde que en nuestro pueblo se iniciara esta tradición de la que el cronista Paco Venzal ha publicado en su libros y de la que era un gran maestro D. José Fernández, todos los ciudadanos, carboneros, que sienten a San Antonio y las tropas moras y cristianas, se ha vestido el que ha querido o al que han dejado (porque excepciones las ha habido. Tiren de memoria).

Ha habido momentos de claros y obscuros, pero los carboneros siempre han salido a escuchar la relación. En los últimos años, el esplendor ha llegado a momentos importantes porque el pueblo se ha volcado en poder participar en su fiesta, en potenciarla, en hacerla grande y en sentir orgullo.

Evidentemente, hoy si se abre el Facebook y se mira algún perfil parece que van a desaparecer. ¡Qué los han echado! Madre mía que aberración. Que José Antonio ha sido una pieza clave a lo largo de los últimos años no se puede discutir, lo mamó desde niño y su primo era el alcalde en los últimos 7 años y su amigo Felipe el último, pero de ahí a que dé una gran coz a todos los que no piensan como él, pues anda un poco equivocado el hombre.

Porque ni los Moros y Cristianos son suyos ni su patrimonio y legado le pertenece. Los Moros y Cristianos son de aquellas personas que quieran volcarse en participar, tanto Pepe, Juan, Manolo, José, Antonio, María, Ángeles... y así hasta contar hasta todos los habitantes que viven en este pueblo tan maravilloso. Si sumas, vences; si divides, seguro que pierdes, aunque en algún juego de estrategia política sea vencerás. Siempre perderá Carboneras.

Conoce José Antonio a la perfección porque su padre siempre ha estado vinculado a esta gran tradición y familia que en muchísimos casos pasa de abuelos y padres a hijos, que si se echan ganas, si se invierte tiempo y actitud, todo es siempre mejorable; hasta batir este año un nuevo récord, porque como siempre decía mi abuela, con San Antonio no se juega. Seguramente, él no querrá perder ningún protagonismo, del que nadie seguro se lo arrebata ni se lo ha arrebatado, porque todos quieren a San Antonio igual que él. Sólo tiene que seguir colaborando y luchando así de fácil para que este legado tan precioso no se pierda.

Conociendo como se están gastando la piel en su trabajo Mariana Esteban, como concejala; y José Luis como alcalde, nuestro pueblo seguirá presumiendo de Moros y Cristianos si todos los carboneros de bien quieren, y ella y él serán los primeros que no permitirán que baje ni un ápice en calidad y sigan haciendo historia; y seguro que mirando por los bolsillos de los carboneros (porque algún despropósito se realizó aún están viéndose las lagunas).

El hazme reír de la viñeta es bien diferente si se analizan las pataletas que montan algunos porque quizás un pastel buenísimo se le acabó (ellos sabrán por qué), pero a los Moros y Cristianos les queda cuerda para rato siempre que los carboneros quieran, siguiendo el gran legado de D. José Fernández y muchos que hoy ya no están con nosotros.

Me imagino que trozo de texto se habrían inventado hoy Antonio "el Morrina" y Juan "El Porra", en paz descansen, con su genio y figura que hacían reír hasta la eternidad y brillar los ojos de San Antonio y su niño. Ellos no entendían de egos, se vestían y allí iban abriendo camino. Seguramente, que este ejemplo es el que me quedo. Tanta ansia de poder y qué locura.

Déjense de historias, y sigan trabajando si les apetece seguir cosechando triunfos desde la humildad que es ser carboneros y fieles a San Antonio para que Carboneras sea la mejor de todos los pueblos de la provincia de Almería. Que suene el Paquito el Chocolatero. José Luis y Mariana a por vuestro trabajo y a seguir abriendo las puertas a todos los carboneros como estáis haciendo.