miércoles, 3 de octubre de 2018

¿Serán Felipe, Ana María y Juan Pedro, los nuevos Fragas de Carboneras? Menos mal que les queda la piscina


Corría el año 1966. Un avión norteamericano cargado con armas nucleares chocó en el aire mientras repostaba con el avión nodriza. En el momento del accidente sobrevolaban Palomares. Hay testigos en Carboneras que vieron como el cielo se incendiaba y varias bombas cayeron al mar sin estallar. Fue el entonces ministro Manuel Fraga junto al embajador americano quienes se bañaron en sus aguas para demostrar al mundo, y en especial a la población local, que no había peligro alguno para la salud.

Esta mañana recordaba esta imagen porque una similar espero del Ayuntamiento de Carboneras, con el alcalde Felipe Cayuela bañándose en la ansiada piscina que tantas desvergüenzas le ha costado a él y a su equipo. Menos mal que alguien la dejó construida, porque en 8 años, se dice pronto, no han sido capaces de sacar ni un proyecto que no sea la celebración de fiestas por todo lo alto y salpicar la gestión de la casa de todos los carboneros, que no son sólo de ellos, de "marranadas" como bien reconoce Felipe Cayuela.

Felipe Cayuela hoy alcalde como bien dice el periodista Juan Torrijos se ha pegado un tiro en la pierna porque ha permitido durante 8 años la ineficacia y al sinrazón de una gestión más bien de parálisis que ahora él mismo vuela de un cañonazo por los aires.

Menos mal que dejaron la piscina, Felipe y amigos de lo ajeno, porque sino seguramente el marcador se hubiera quedado a 0 porque no han cumplido casi nada, digo casi nada, para ser escrupuloso/a con vuestros esfuerzos para dejar la gestión más sombría y negra por sus declaraciones de un municipio que no quieren.

La piscina será recordada por lo que fue, por lo que será y por lo que fueron incapaces de abrirla desde el minuto 1 anteponiendo el bienestar de los carboneros a sus intereses personales. Y no me hablen de gasto cuando lo hacen con lo que quieren en su interés propio. No lo digo yo, lo dicen las facturas que usted firmó sin saber o sin querer saber o tapándose la nariz o con los ojos cerrados porque estaban las de su padre... Y ahora se acuerda después de sufrir 8 años de amnesia.