Sin más, me reitero en mis disculpas porqué de verdad, es lo que siento.
Feliz 2019 y mucha salud Y hoy continúa en una línea ascendente diciendo o leyendo entre líneas nada de lo que pone: En el artículo no se puede leer que ustedes cobran, ni que realizan un mal trabajo; al revés, se le resalta el gran valor de querer a Carboneras, a San Antonio y trabajar por su pueblo. Qué usted decida tirar de la manta contra los talonarios, miré... busque la puerta de salida y vaya si es verdad a denunciarlo ya que usted está muy cerca de todas las facturas que se originan alrededor de unas fiestas. A mi ni me preocupa de qué se gana la vida, ni la labor desinteresada que hacen sus compañeros como Pepe que apuesta por trabajar por un pueblo, como cualquier hijo carbonero y con el sufiente fervor a San Antonio, pero si me llama la atención el gran patinazo o el gran error que hoy nos encontramos en el Pueblo. Esa es la pena, Sr. José Antonio y Sr. Pepe, todos piensan en el enemigo, en el adversario, en el que se lleva talones, en el que encarga las flores, o el que alquila los trajes, el que... la que... la que... Carboneras necesita salir de este bucle de mal rollismo y de tan mala baba, porque aqui siempre se llama la atención, se hace una reflexión, pero jamás se insulta a nadie ni se levanta los pies del suelo ni a una mujer ni a un hombre. La independencia de ustedes y la mía es la misma, quizá la indiferencia no, porque cuando a los carboneros nos sacan los colores y nos dejan estancados en la cuneta, en la debacle, la parálisis más absoluta o la vergüenza más sonrojante… pues evidentemente que voy a escribir porque me encanta Carboneras como a usted, porque participo en las fiestas como usted, porque somos enamorados de Los Muertos, el Lancón o los Cocones, porque me pone triste pasar por todos los contenedores del Simón Fuentes, porque me da muchísima pena ver como no son capaces de solucionar ni el problema del desempleo, ni la falta de inversiones, ni la construcción de ningún proyecto para los que más lo necesitan. Usted como Pepe se dejan la piel por las fiestas y no me cabe la menor duda, nunca lo he puesto en jaque, pero si ustedes piensan que todos somos de la misma condición que nos da igual que las calles estén sucias, que nos engañen de nuestro bolsillo, que nos frían a impuestos, que dejen abandonado el Pabellón, que destruyan las antiguas pistas del Simón Fuentes, que dejen en el máximo abandono y olvido al sector pesquero, que las aceras estén rotas, que las playas estén abandonadas, y que no tenga visos esto de cambiar; y para más inri, vivamos como una auténtica batalla de Moros y Cristianos las dispuestas del GICAR que ustedes conocen muy bien. Lástima Pepe y José Antonio que no avancen y se queden anclados en la víscera de odio (y mira que no me gusta esta palabra) y no sean capaces de ver qué es lo que necesita Carboneras: quizás como dijo Jesús Vidal: el campeón que ganó el GOYA.
