lunes, 4 de mayo de 2015

Con el pan no se juega, el impuesto se paga bien caro. La culpa fue del cha, cha, cha

Con el pan no se juega y el impuesto se paga bien caro. A este paso los Salvadores se quedan solos con su milagro de los panes y los peces, no le han dejado ni un euro en el bolsillo a los carboneros, subiendo los impuestos, venga a pagar, venga a pagar, y si criticas, eres malo o no eres de los suyos.

Y tan contentos que están, porque tienen dinero para fiestas, por mar, por cielo o por el aire. Todo se celebra, madre mía, con un estribillo: la culpa fue de los que no estuvieron, la culpa fue del cha, cha, cha.


Dice mi abuela, "hijico quitarmelos ya del medio, que me van a dejar sin mi paguica, ay si tu abuelo levantara la cabeza". Y no le falta razón a la madre de mi madre que me parió, una de las mujeres más grande, más valientes, más luchadoras que nació en Carboneras.

Es una hartura. Una hartura que ya no se digiere más, salvo que te tomes un buen limón con bicarbonato. Mi abuela lo llamaba empacho. ¡El día menos pensado vas a morirte!, me dice la pobre con tanto Salvador junto. Y yo no se lo tengo en cuenta. Un mal deseo solo es pecado, nunca un delito. Aunque mi abuela tiene claro que éstos ya no se pasean más los jueves por el mercadico con su voto.







1 comentario:

  1. Claro que si, todos a ser honrados......
    Braaaasil, lalalala, lalalalaaaa, brasiiiil, brasil....

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