miércoles, 8 de julio de 2015

El hotel Algarrobico tendrá que esperar hasta después del verano: el alcalde prefiere escuchar a Madrid, y se olvida de Almería. Apuesto por un Lawrence de Arabia




Me encanta San Fermín, y ver como desde el balcón de un pueblo marinero, a casi mil kilómetros de Pamplona, como es Carboneras, se complace a un grupo de pamplonicas no tiene precio. Es un guiño a que en nuestro pueblo caben todos y son bienvenidos. Pero, mientras, mis queridos gobernantes, la comparsa del Ariel, con sus camisas blancas impolutas, nuestro alcalde, el de toda la ciudadanía carbonera, le hayan o no votado, así lo quiere Dios, por imperativo legal, declaraba en una de las agencias de información más importantes de España, Europa Press, que no piensa hacer nada con respecto al Algarrobico hasta que falle el Tribunal Supremo. No lo digo yo, lo dice él, para que no haya malentendidos, porque considera que ante la complejidad generada por los procesos judiciales quiere esperar al pronunciamiento definitivo del Alto Tribunal.

Hace un mes que el Juzgado de lo Contencioso-administrativo 2 de Almería volvió a comunicar al Ayuntamiento de Carboneras la legalidad de la licencia municipal de obras concedida en 2003 y le comunicó que los dos autos que desestimaron el incidente de nulidad promovido por la Junta de Andalucía, Salvemos Mojácar y Ecologistas en acción eran firmes.

Así que en espera nos encontramos ante tanto parto difícil y mientras la mitad de los jóvenes de Carboneras en desempleo. Para que vamos a poner la maquinaría en marcha, si no sabemos ni por dónde empezar.
Personalmente hubiera preferido y creo en otro tipo de turismo más sostenible con hoteles más horizontales, y para soñar haber imaginado la escena de Lawrence de Arabia, con hoteles temáticos pequeñitos y de gran calidad, para atraer un turismo diferente a los modelos ya obsoletos de Torrevieja, Benidorm… respetuoso con el medio ambiente y desestacionalización para colocar a Carboneras, con su Mar Divina, al frente de un ejemplo implacable de nuevo turismo. Los viajeros necesitan vivir experiencias personalizadas para sorprenderse y evadirse de los problemas cotidianos y nuestra Carboneras lo tiene todo por mar y tierra, sólo le falta imaginación y la unión.


Y qué hacemos con el Algarrobico, pues la verdad que lo abriría, y lo dotaría de mucha vegetación y grandes soportes innovadores que casen con el medio ambiente pero tengo claro que huiría del turismo de masas. Carboneras tiene todos los ingredientes para que convivan turismo, servicios, pesca sin borrar su esencia, lo que muchos turistas buscan la paz, la tranquilidad y el sosiego en medio de un entorno inigualable.

¿Qué dirá el concejal de Turismo que tanto ha luchado para que sea una realidad? 

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