A los amigos del Ayuntamiento les gustan las películas de guerra: El PP se echa al monte, y el GICAR hace su Kosovo. La sorpresa va a saltar

Queda feo decirlo y sé que queda mal contarlo: a los amigos de los gobernantes del Ayuntamiento le gustan las películas de guerra. 

Alguien debería informar urgentemente al futuro alcalde y a la plana mayor del holding de la calle Sorbas que por cuestión de imagen, de que están ya casi sentados en el sillón del Ayuntamiento (cuántos años luchando para que Felipe sea el máximo representante de los carboneros/as; no sé que pesarán en las filas del PP); no es necesario lanzar tanta artillería contra el pasado, porque el pasado hace tiempo que ya no es responsable del desaguisado que tienen montado en la casa grande de la Glorieta. Abren la boca y la fastidian. Mueven un dedo, y se lo pillan, camuflados en sonrisas más que turbias. Por eso a Felipe lo han mandado a callar, por si acaso, mete la gamba como Pascual antes de su discurso de investidura, con sus 15 millones de déficit socialista. Tengo unas ganas locas de escucharlo.

La manipulación de sus miserias pueden pasarle factura. Y yo no lo digo, lo dicen ellos/as a puertas cerradas que ven como los peores augurios se adueñan de sus perrerías. Los del PP se echan al monte porque GICAR les tiene preparada una, por eso tanto silencio. Aquí todos quieren barrer para casa, y mientras tanto, lanzamos vídeos del Centenario y ponemos al chacho y a la mama, esos "sosialistas" que parecen culpables hasta de la primera Bomba Atómica para lanzar balones fuera o cuelgan entrevistas de años de la prehistoria. ¿Seguro que nos les interesa construir?

Lo siento de corazón por las víctimas reales de este desgobierno (las personas mayores, los niños, las mujeres, los jóvenes, porque se quedarán si proyectos de futuro, porque no se le ve luz al túnel, son incapaces de crear un puesto de trabajo que no sea de las arcas municipales, que se cocina a fuego lento como en las mejores recetas del Arguiñano.

Vuelan las falsedades de boca a oreja sin que nadie se pare a pensar, a comprobar los hechos, la verdad. Para eso están los tribunales, y mientras el buzón de orgullo se llena de datos y cartas que ponen algunos pelos de punta, pero que sean ellos los que denuncien, porque aquí en Orgullo Carbonero estamos con los carboneros/as que quieren a su pueblo. 

Aquí detestamos la cultura de la mentira. Desde Orgullo, no insultamos a nadie no comemos torrijas, solo nos apetece resaltar lo bueno y criticar lo no tan bueno y lo irresponsable. Y así se lo vamos a seguir contando, porque las amenazas y los insultos ya pasaron a la historia. Ya nos conocemos todos, hasta Evaristo el carbonero, que anda cansado, pregonando todo un ejemplo de lo que nunca debe hacer un carbonero que quiera a su pueblo y a su gente. Gastas su tiempo libre en hacer montajes que no tienen ni lógica ni sentido, porque las aguas fecales ya están revueltas. Quizás salte la sorpresa y todos mirando al mismo lugar.