lunes, 20 de mayo de 2019

Cuando un empresario levanta su persiana por la mañana, quieren que les traten igual: no es digno que tenga que agachar la cabeza e irse sin solucionar su problema



Solo un Ayuntamiento fuerte puede frenar el conflicto del transporte del hierro. Pero, además hacer una política de puertas abiertas, de ventanas abiertas con mucha intensidad y cercanía a todos los carboneros. Lo tenemos muy claro, no queremos más mirillas ni llegar al Ayuntamiento y llevarnos nuestro problema y dos más.

Hoy nos llegaba un mensaje de una señora con las iniciales F.H. que nos contaba que había ido cuatro veces al Ayuntamiento y además de coger número y esperar casi como si estuviera en una pollería; nunca, nunca, le han solucionado su problema. No está. No no ha venido. No, no podemos hacer nada... y así hasta vuelva usted cuatro veces más.

La gente está cansada. La gente está harta de las cosas de Felipe y de Salvador. Eso dice la señora.
Lo que está claro que la gente quiere solucionar su problema. La gente quiere llegar al Ayuntamiento y que les reciba y que den cariño y que los escuchen. Y eso lo hay para unos, pero no para todos.

Puertas abiertas, no más silencios, no más obstáculos para los que quieren trabajar por Carboneras.

Pero lo que es peor, la gente tiene miedo. Sin embargo, Carboneras está llena de buenas personas que no desean que se les frenen sus oportunidades.

No es digno que tengan que agachar la cabeza e irse sin solucionar su problema. No se puede permitir que falten a la dignidad de personas sencillas. Cuando un empresario levanta su persiana por la mañana con cariño, pidiendo que les traten por igual con ganas de sacar adelante su negocio, tiene que ser atendido.

Carboneras no tiene que resignarse a ser el patio trasero de ningún sitio. A cualquier precio no se está en un sillón, se está con el corazón y con orgullo de ser carbonero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario