A estas alturas de la mañana aún no se ha convocado el pleno de investidura para mañana, sábado. Aún no conocemos a qué hora tomarán posesión la nueva corporación y quienes formarán el equipo de Gobierno para trazar los destinos de los carboneros durante los próximos 4 años. Decía esta mañana una buena amiga, mientras que nos comíamos unos churros con chocolate, ¿ Qué nos lo jugamos a los chinos? Y pensamos personalmente, que nos lo jugaremos a la Fiscalía. Es un decir. Porque aún no se ha tomado ningún acuerdo que se haya hecho firme. Lo que está claro que sea cuál sea el pacto o la abstención y el nuevo equipo de Gobierno, Carboneras no debe ser una moneda de cambio para tapar los intereses económicos personales de ningún integrante en una candidatura para acceder a un sillón tan noble como es la defensa de todos los carboneros.
El futuro que tiene Carboneras delante es tan delicado y frágil y el Ayuntamiento está sumido en tal caos que no se la pueden jugar. Se necesita transparencia, honestidad y ganas de trabajar por un pueblo que no merece que le quiten lo que es suyo. Tiene demasiadas urgencias como para que tengamos que exponernos todos los carboneros a perder cuatro años preciosos en ver como estos partidos que hoy se disputan la alcaldía no se pongan de acuerdo por algo que es tan básico como el bienestar social y el progreso de nuestro pueblo.
Vera, Garrucha, Níjar, Mojacar por poner un ejemplo sencillo nos comen el terreno, y nosotros aquí con los brazos cruzados viendo como ni en las procesiones de San Antonio va una corporación completa como Dios manda y como San Antonio desearía. Lo nunca visto pero para gustos colores.
Lo óptimo sería que se pacte una hoja de ruta para Carboneras, y que Felipe ya explicará que hizo durante 8 años en el sillón: él bien lo sabe y muchos de sus compis también. Venga Felipe, convoca ya el pleno.
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