En la foto hay 6, pero son 7 concejales los que están dando el giro a Carboneras. A pesar de que Felipe y Avanza está empeñados en montar siempre la discordia por algo que él fue incapaz de hacer, pero lo peor es que dejó patas arriba las cuentas del Ayuntamiento y la gestión más inútil que se ha realizado de un concierto como el de la Niña Pastori (traerá cola este tema. Ana Mari, la antigua concejala tendrá que dar explicaciones sobre alguna de la gestión que se realizó o tirar de la manta para contar qué pasó) que al final no se llevó a cabo por el temporal de Poniente, los hechos ya hablan por si solos. Menos de medio año han tardado en darle la vuelta pero lo que es peor papel que se encuentran, papel que se pone en entredicho por Ley, porque el antiguo alcalde y sus concejales realizaron todo con más sombras que luces.
Felipe está obsesionado para que le paguen las facturas a su padre. Felipe está obsesionado qué paguen lo que él fue incapaz de hacer. Felipe ahora sólo tiene una mirada fija en Ramón Soto, un hombre que tiene tablas políticas, sabe de números, y que no está dispuesto que se le ponga en entredicho. A pesar de todos los insultos que recibe a través de redes y en algunas entrevistas, Ramón tiene claro cuál es su papel, dar transparencia a las cuentas de un Ayuntamiento que ha sufrido en los últimos años el peor desgobierno y la sinrazón de los que deseaban estar sentados sólo pensando en sus intereses y hoy Carboneras ya se resiente. Este equipo trabaja, sufre y lo que es incuestionable es que se dejan la piel para enmendar una situación. En sólo seis meses, han hecho sus deberes y están delante de una de las Navidades más bonitas de Carboneras. Creo que Felipe y los Salvadores lo tienen complicado porque sus cimientos son bastante obscuros y saben lo que perfectamente no tuvieron que haber hecho nunca.
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