El presidente del Partido Popular en Almería y presidente de la Diputación de Almería, Gabriel Amat, tiene una difícil papeleta en Carboneras. Tras la sentencia de inhabilitación al alcalde socio de gobierno del GICAR, Salvador Hernández, tendrá que decidir si vota a favor de que sea alcalde Felipe Cayuela, cuando sobrevuelan sobre él muchas dudas en cuanto a pagos a familiares, algo que hoy está muy vigilado por la Justicia de este país.
También puede exigir que sus concejales del PP, Salvador y Pascual, puedan ser alcaldes a un año para las elecciones y ganas réditos políticos, aunque habrá que esperar que posicionamiento adoptan los concejales populares antes una muerte anunciada.
Pascual Díaz en público y en privado no oculta su malestar con sus socios de Gobierno, aunque bien es cierto que nunca tomó la decisión de dar un paso al lado para dejar de estar con unos socios "incómodos que le restan cada día más credibilidad".
Aunque también Pascual es como un pequeño helado al igual que se pone duro, se derrite y no hace nada por ese Carboneras que tanto ensalza que lleva en el corazón y que tiene totalmente abandonado en sus competencias.
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