(foto publicada por LA VOZ DE ALMERÍA)
Me imagino que nuestro concejal de Turismo y Pesca, Pascual Díaz, conoce muy bien los sacrificios de las familias de la mar. Me imagino que nuestro Rey del Real Madrid conoce muy bien las horas de sueño que se quitan los padres de familia que viven de la pesca en Carboneras. Me imagino que nuestro mejor representante en la final de Kiev, nuestro concejal, conoce muy bien los golpes de mar que tienen que soportar nuestros pescadores cuando pasan horas y horas para dar de comer a sus hijos. Me imagino que Pascual Díaz, a pesar de estar emocionado según declaraciones a la Voz de Almería y llevar 18 años de socio de su equipo del alma, ser seleccionado para vivir en directo la cuarta final en directo de una final de Copa de Europa, conoce muy bien las horas y horas de amargo sabor de las esposas de estos hombres de la mar que se quedan solas criando a sus hijos mientras sus maridos pescan. Da lo mismo la marrajera que la vaca, da lo mismo la jabegueta que la traíña, los pescadores son un soporte fundamental en la economía carbonera y nuestro concejal ayer mientras que el resto de los grupos políticos estaban levantando la mano en favor de una moción en favor del sector pesquero, él estaba camino de Kiev para satisfacer el sueño de su vida, ver a su Real Madrid, y no estar donde más lo necesitaban y de donde es concejal y alardea de llevar a Carboneras en el corazón.
Pascual, lo siento, cuando uno representa a un pueblo, tiene que estar en Carboneras, pese a quien le pese. Eso se llama responsabilidad. Siempre hay que ponerse las botas de agua Pascual, en tierra y en mar.
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