martes, 1 de mayo de 2018

Pascual celebra la victoria del Madrid, pide perdón y se queda contento con el linchamiento de su familia en su facebook

 
Pascual Díaz Hernández, concejal de Turismo, ha salido en todas las televisiones y prensa nacional. Ha pedido disculpas por la repercusión y transcendencia que ha tenido el vídeo y ha confesado que en  ningún momento pensaba que la imagen de un sicario, que ha cometido centenares de muertes y organizado crímenes, podría dañar la imagen de un  pueblo y de su partido.
 
El concejal admite que se equivocó, que es un verdadero abanderado de su pueblo sin política y con ella, y si antes declaró que no les quitaría, hoy al filo de la media tarde ha tenido que hacer en varias ocasiones públicas sus disculpas. Orgullo Carbonero no se inventa nada, pero es más, se informa antes de publicar alguna información sobre todo para no dañar la imagen de ningún concejal ni del Ayuntamiento ni de los carboneros. No ocurre lo mismo con la familia directa, esposa del concejal y prima del concejal que han dejado huella de su particular manera de ver la política, su actitud ante los hechos narrados por Orgullo Carbonero y ante el aluvión que le ha caído al concejal.
 
No todos somos iguales, antes de publicar contrastamos, nunca insultamos, nunca amenazamos y nunca le damos a un botón si consideramos que el daño es irreparable como persona a alguien. Lo que sí estamos dispuestos es denunciar lo que no nos gusta y alabar lo que nos encanta de Carboneras.
 
Lástima que Pascual Díaz se deje llevar por sus vísceras y no tenga más en cuenta lo que de verdad le importa a Carboneras.
 
La política de la amenazas y el insulto a familiares y a personas de Carboneras también pueden ser denunciables, lo digo porque la constitución y el derecho español ampara a los insultados.
 
Es de sabios rectificar, pero también, es de sabios, Pascual, no incluir a nadie en el mismo saco de tu misma manera de actuar con tus socios de Gobierno.
 
A disfrutar de la fiesta del Bernabeú, y todos con el Madrid. Qué no falten los cohetes.
 
 
 
 

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