lunes, 8 de abril de 2019

La política no entiende de amigos: Salvador se la jugó dos veces a Agustín




La política no entiende de amistades. Tampoco de ayudas. Traiciones, guerras internas, debates broncos, expulsiones del Ayuntamiento, descalificativos... y mucho ruido de sables. La política se percibe como un lugar hostil, donde las buenas palabras solo están reservadas para los compañeros de partido y ni eso. Mostrar una cara amable al adversario político puede costar votos, y ya no quiero ni hablar de lo que ha hecho Ciudadanos con Agustín Cánovas. Mejor dicho, su amigo Salvador. Agustín siempre ha sido su mentor, quien lo postuló y colocó en el GIAL. 

En abril de 2011, Agustín Cánovas, concejal del Grupo Independiente por Almería en Carboneras y número dos de esta formación política en las elecciones municipales de 2007, comunicó su decisión de participar en el pacto de integración suscrito entre PP y GIAL, desmarcándose así de la línea mantenida por la agrupación local de los independientes que ha apostado por continuar en el panorama político y concurrir a los comicios del próximo 22 de mayo bajo otras siglas (GICAR).

Canovas agradeció a los hasta ahora compañeros de partido en Carboneras “el trabajo realizado bajo las siglas de GIAL que nos llevó, primero, a formar parte de la corporación municipal y, por ende, trabajar en defensa de los intereses del municipio y sus ciudadanos desde las filas de la oposición”.

Años después Gial en Carboneras dio el paso a GICAR, Grupo Independiente por Carboneras, una nueva formación política que dará continuidad desde la independencia al trabajo que durante esta última corporación se ha desarrollado en el municipio. Para ello, los miembros de la formación eligieron por unanimidad al que era su portavoz, Salvador Hernández, como cabeza de lista de cara a las próximas elecciones municipales, con el firme convencimiento de poder obtener la mayoría suficiente para gobernar en el Consistorio carbonero.

“Creemos que éste es nuestro momento”, afirmó Hernández, quien se mostró ilusionado ante el reto que supone el cambio de siglas, aunque confiado en los buenos resultados electorales “ya que nuestro proyecto sigue siendo el mismo: devolver el protagonismo a los ciudadanos, desde la eficiencia y el sentido común, aspectos perdidos en nuestro municipio”. 

Esta mañana, la película se volvía a repetir. Agustín Canovás abandonaba el partido por el que había luchado los últimos cinco años por las presiones e imposiciones de no estar en la lista que encabezará de nuevo su rival y amigo, Salvador Hernández. De nuevo se muestra ilusionado un Salvador, que en esta ocasión ya lleva una gran mochila, de denuncias que no son pocas, de pasado por un Ayuntamiento en el que ha dejado huella sin llevar a cabo ni un solo proyecto de envergadura y sumiendo a Carboneras en una auténtica depresión al lado de su ahora rival, Felipe Cayuela; y pensando que es fácil volver a conseguir él solo los más de 1.400 votos que obtuvo GICAR en las últimas elecciones.

De nuevo el libro se le abre a Agustín Canovás por la misma página, con el mismo rival, y él por dignidad ha decidido echarse a un lado. La hora de ofrecer un nuevo rumbo a su vida, pero con la conciencia bien libre de que hizo todo lo que pudo por sus amigos, esos que hoy lo han defenestrado.

Habrá que esperar quien cae también de la lista del GICAR porque seguro que hay más que una sorpresa. No sé que pensará Marta Bosquet, gran amiga de Agustín Canovás, pero seguro que en su cabeza ronda que nadie piense que el partido está ganado. El juego de Tronos y la guerra de las galaxias acaba de empezar en un Ciudadanos que busca alzarse en Carboneras con votos que Avanza y PSOE no estarán dispuestos a dejar perder.

Algunos piensa que las elecciones carboneras son una película, pero no, es algo más serio porque ahora sí que se juega el futuro de un pueblo que un GICAR-PP ha dejado en total caos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario