El doctor
Tomatis trató a Maria Callas (afónica a causa de su mala relación con Onassis),
Romy Schneider, Gérard Depardieu...Tomatis mereció la Medalla de Oro del
mérito científico de la Academia de Ciencias de París, y su método es hoy
terapia oficial en Estados Unidos. Y nosotros tuvimos la oportunidad de pasar muchos
veranos con él, allí en los chalets de la Cruz. Un verdadero orgullo para
Carboneras tener entre sus ilustres al doctor Tomatis. ¿Cuántos niños no han
pasado por allí?
Os imagináis construir un buen centro para
difundir todo su conocimiento. Carboneras es el mejor lugar.
Otorrinolaringólogo, psicólogo, investigador e
inventor, gran viajero, dio conferencias, asistió a congresos y aconsejó en
cualquier rincón del mundo. Pero sus mejores viajes los realizó en su
laboratorio o consulta intentando dar respuesta a las dificultades de sus
pacientes. Hablar de él es hacerlo de un investigador con sus aciertos y sus
errores. El definía un investigador como un "importuno" que obliga a
algunas mentes a abordar bajo otro ángulo ciertos problemas fundamentales y a
veces a replanteárselos. No se codeó con la élite social, aunque por su trabajo
conoció a muchas celebridades.
Las condiciones de su nacimiento, prematuro de 6 meses y medio, al que se dio
por muerto contribuyeron en gran medida en los trabajos que realizó sobre la
vida uterina. El Profesor Tomatis afirma haber encontrado su vocación
investigadora en su condición de prematuro en busca del nirvana del que fue
expulsado tan tempranamente.
Su lengua materna era un dialecto proveniente de las lenguas ligures, por lo
que tuvo que integrar el francés como una lengua extranjera.
Su padre, Humbert Tomatis, hombre extraordinariamente activo, combinó su
trabajo como empleado en un diario local, con sus estudios de música y canto,
llegando a ser un "bajo noble" de prestigio internacional.
Tomatis asegura que se le dijo y se le repitió que fue un niño especialmente
difícil de criar. Hasta los once años, estuvo enfermo en multitud de ocasiones.
Debe su vocación al Dr. Carcopino, que le trató a los nueve años, cuando le oyó
decir, "tengo que buscar".
Como la mayor parte de los hijos de la farándula frecuentó muchos institutos, a
lo largo de sus estudios, incluso estando en el Liceo Pasteur (Paris), para
acompañar a su padre en sus giras. A los once años se instaló solo en París.
Trabajaba y estudiaba intentando pagarse sus estudios y hacer que su padre se
sintiera orgulloso. Para seguir este ritmo y no dormirse, estudiaba en voz
alta, lo que le facilitaba la memorización. Así fue como superó sus
dificultades escolares y llegó a ser en tan solo cuatro años el primero de la
clase; lo que no le hizo muy popular entre sus compañeros. Todo ello le enseñó
que el hombre no está limitado, sino que en él existen todas las
potencialidades que le permitirán superarse sin cesar.
Tomatis se describe diciendo que como la mayor parte de los emotivos, era un
observador nato, y además tremendamente tímido y muy obstinado. Cuenta como
anécdota que de los catorce a los 23 años heredaba la ropa de su padre, que al
principio le quedaba muy grande y luego bastante pequeña. Al ser la adecuada
para un artista, un gran tímido como él lo pasaba francamente mal, una de sus
peores experiencias la sufría con un par de zapatos amarillos, que su padre
acabó volviendo a usar en escena.
Hizo dos bachilleratos, uno en matemáticas y otro en filosofía, el segundo lo
acabó con 19 años. Tuvo a Jean-Paul Sartre como profesor de filosofía, al que
no podía seguir, a pesar de su genialidad, porque Tomatis siempre se declaró un
creyente y un idealista. A partir de los 11 años pasó algunas semanas de
vacaciones en la granja de una familia patriarcal cerca de Marsella.
Experiencias como ésta son las que le enseñaron tanto o más que el Liceo. El
aseguraba "hay que ir y verlo uno mismo".
Otra parte de las vacaciones las dedicaba a excursiones por la montaña con uno
de sus tíos. En verano de 1936 tenía previsto visitar España, lo que no fue
posible al estallar la guerra. Siempre sintió una atracción por el sur de
España, por su sol y por el color rojo de su tierra, igual que el de su país
natal.
Acabado los bachilleratos se inscribió para obtener los certificados de
licencia de física, química y biología, preludio de los estudios de medicina y
paralelamente los de matemáticas, física y química. Pasaba sus días entre la
Facultad de medicina y la Sorbona. Con ello quería alcanzar su sueño de entrar
algún día en el instituto Pasteur, para hacer investigación médica. Al estallar
la segunda guerra mundial, tuvo que pasar sus exámenes anticipados de
certificado en 1940, antes de ser movilizado a una localidad del Macizo
Central. Permaneció como un soldado desprovisto de convicción, quizá por los
discursos pacifistas de sus abuelos. Durante el repliegue a Puy fue hecho
prisionero por alemanes e italianos, pero dada la poca vigilancia escapó sin
dificultad en compañía de unos seminaristas. Esto le llevó a ser considerado
como desertor y conducido a un "campo de juventud". Allí trabajó en
el servicio de salud, bajo las órdenes del Dr. Eyraud, que le enseñó todo lo
que un médico de campaña debe saber sobre urgencias e infecciones. (Tomatis
solo había cursado su primer año de medicina).
De regreso a Paris y gracias a lo aprendido accedió en algunos meses a tercero
de medicina, la guerra no había supuesto un retraso en sus estudios, aunque
continuase. Mientras seguía estudiando colaboró con la resistencia. Como
externo de hospital conoció a André Thomas gran neurólogo. Tras el bombardeo
del hospital decidió reengancharse en servicios sanitarios. Al permanecer en
Paris pudo seguir sus estudios e iniciar la especialidad de ORL. También en
esta ocasión su trabajo en el ejército aceleró su formación, al trabajar en el
equipo del Dr. Cuzin, de reconstrucción facial. Recibió su doctorado en
Medicina en 1945.
En este tiempo se había casado, con una enfermera que conoció en el hospital de
Neuilly, con la que tuvo 4 hijos: André, Patrick, Christian y Evelyne. Su
matrimonio duró 12 años, y reprodujo la misma falta de comunicación que había
tenido con su madre.
Tras el nacimiento de Patrick inicia su primera investigación, con fondos
propios (pudo continuarla gracias a su clientela privada), sobre "Sordera
profesional", que más tarde presentó en el Congreso Internacional de ORL
junto a los Drs. Maduro y Lallemant.
Sus pacientes privados, en su mayoría cantantes de ópera, le condujeron a los
mismos resultados que los obreros de los arsenales con sordera profesional, lo
que le llevó a formular las leyes conocidas con el nombre de Efecto Tomatis,
era el año 1947 (comunicado por Raoul Husson en la Academia de Ciencias y en la
Academia de Medicina en 1957).
La escasa felicidad que encontraba en su hogar le empujaba a su laboratorio.
Allí construyó un analizador de frecuencias y un sonógrafo. Y a principios de
los 50 su primer Oido Electrónico, con interruptores manuales para las
básculas. En 1954, el problema que esto suponía quedó resuelto al introducir
básculas electrónicas, de ahí la idea de bautizar la máquina con el nombre de Oído
Electrónico. Este invento molestó tanto a algunos profesores de canto como a
algunos foniatras, y en 1952 fui despedido del hospital donde trabajaba con el
Dr. Lallemant, por haber tenido la osadía de publicar con su nombre y no con el
del jefe del servicio, como era lo habitual.
Los americanos comenzaron a interesarse por sus investigaciones, tanto que en
1955, Lallemant le pidió reingresar en su servicio, para que sus
investigaciones quedasen dentro de los hospitales franceses. Oferta que Tomatis
declinó.
En vista de los resultados obtenidos en los tratamientos realizados con
cantantes, el profesor emprendió algunos años más tarde una nueva línea de
investigación, la del lenguaje y la construcción del ser, consciente de que el
terapeuta era tan importante como la acción del O.E. Tomatis inició otras
investigaciones, que abandonó por falta de tiempo y/o de dinero, por ejemplo el
efecto destructor del ruido sobre los microbios.
En 1947 murió su madre, lo que afectó profundamente a su padre, que perdió sus
cualidades vocales. Durante algún tiempo vivió con A. Tomatis, momento en que
supo del trabajo de su hijo, siguiendo el mismo una reeducación de su voz. Este
tiempo también sirvió al Pr. Tomatis para descubrir la verdadera personalidad
de su padre. Su relación había sido epistolar, pasando muy poco tiempo juntos.
La aparición en su consulta de varios cantantes venecianos, con un problema
para la emisión del fonema /r/ atrajo su atención sobre la problemática del
aprendizaje de idiomas, abriendo así una nueva vía de investigación, que
confirmó la solidaridad entre la audición y la fonación. Sus trabajos en este
campo levantaron mucha polémica, pero se le acabó otorgando credibilidad. En
1960 dio una conferencia en el Palacio de la Unesco sobre "La electrónica al
servicio de las lenguas vivas" muy contestada por un profesor de la
Sorbona.
La observación de tartamudos a principios de los años 50, le condujo a la
noción de bucle de control. El estudio del esquema según el cual se lleva a
cabo la implicación del cuerpo en el proceso de autocontrol le llevó 20 años y
según el propio profesor aún queda campo para la exploración, la lateralidad.
Su vida familiar era cada vez más inexistente, cuando tenía el gabinete en su
propia casa, sus hijos le sentían lejano aunque presente físicamente, y cuando
se instalaron a las afueras de Paris, aún les veía menos. A los 35 años se
divorció, lo que conmocionó a su padre. El supo aprender de esta situación, fue
toda una enseñanza para trabajar terapia de pareja y con hijos de padres
separados.
En este momento su organismo le pasó factura, durante años había trabajado en
exceso sin periodos de descanso. Sufrió tres infartos, pesaba 120 Kilos y tenía
32 de tensión; los médicos le dieron 7 años de vida, tiempo apenas suficiente
para dejar sus asuntos en orden, dado el gran número de deudas que había
acumulado.
Algo inesperado modificó este lúgubre programa; A. Tomatis encontró el amor, lo
que despertó en él un gran deseo de vivir. Decidió adelgazar, pues apenas podía
caminar. Lo intentó todo incluso ayunos prolongados, sin resultado.
Se casó, obeso y con una sentencia de muerte, en 1958 en Grau d´Agde, por el
rito católico. El profesor asegura que ambos han realizado un modelo de
circuito audio-vocal, tal era su compenetración.
En esta época se apasionó por la pintura contemporánea, al tratar a 2 ó 3
pintores figurativos, que le iniciaron. Tratándoles se dio cuenta de la
relación entre la audición y el gesto pictórico. Por ejemplo, la pérdida de
azules y verdes corresponde con una pérdida de agudos. En esta década también
abordó el tema de la escucha intra-uterina. Realizó un montaje bastante
elaborado, para medir las impresiones acústicas del feto, en un medio líquido.
El parto sónico le condujo a un estudio profundo de los problemas de
comunicación, personalidad, psicopatología, lo que le introdujo en la
psicología y la filosofía. Lo que superaba su formación como ORL y cirujano,
por lo que volvió a estudiar en el hospital de Santa Ana. A la vez que
realizaba una investigación con niños de un psiquiátrico del norte de Francia.
Trabajo que tuvo que abandonar por la presión social.
Sus trabajos comenzaron a difundirse y esto suscitó gran polémica en el mundo
médico, muy estricto y jerarquizado en su país.
Había creado un Centro de Lenguaje en Paris, con O.E., especialmente adaptado a
la escucha ósea, que quebraría en 1974, por la mala gestión de su
administrador. Este no es más que un ejemplo de los incidentes que sufrió en el
mundo de los negocios y el comercio. Aunque después de cada uno de estas
vicisitudes siguió con optimismo, fascinado por el acceso del ser humano al
lenguaje. En 1963, con 43 años, superada su enfermedad (aunque su peso seguía
fluctuando a lo largo del año) y acompañado de una perfecta colaboradora, vive
feliz y continua con su trabajo. De su unión nació en 1959 Emmanuelle, también
como él prematura de ocho meses. A quien criaron sus abuelos maternos en
Limours, dedicándoles la pareja todo el tiempo que les quedaba libre, lo que no
resultó nada fácil para ninguno.
Empezó con su acostumbrada obstinación a practicar yoga, por motivos
personales, quería adelgazar con el yoga digestivo, pues también éste implica
un control de la respiración, control que había observado tocando ciertas zonas
de la audición, sin duda por la intermediación del nervio vago.
Por fin consiguió adelgazar de manera definitiva siguiendo la dieta propuesta
por Shelton. Además de su imagen corporal otras cosas habían cambiado a finales
de los 60.
En 1960 había dimitido como director del laboratorio de la armada, además
comenzó a abandonar paulatinamente su consulta de ORL y cirugía. Antes era un
otorrinolaringólogo que investigaba la escucha, después se consideró un
especialista de la escucha que además poseía experiencia en ORL. Como tenía
muchísimo trabajo eligió sin dudar el campo de la audio-psico-fonología. Esta
decisión le supuso, la separación de la medicina "oficial", que
abandonó definitivamente en 1975, pues como él afirmaba en los Centros Tomatis
se realizan actos pedagógicos, no médicos, se enseña a escuchar.
Los Centros se extendieron por las distintas regiones de Francia, de manera
desigual, y por el extranjero; esta expansión se inició en 1960 bajo malos
auspicios con un trabajo en la universidad de Toronto (Canadá) y otro en la de
Potchefstroom (Sudáfrica). A estos países siguió Bélgica, Suiza, España (Con un
centro cerca de Almería dedicado a la enseñanza e investigación) Chile,
Argentina, Santo Domingo. Tomatis se convirtió en un peregrino de la
Audio-psico-fonología, con jornadas de 20 horas de trabajo, sin domingos ni
festivos, como cuando inició sus estudios en Paris.
Tras su abandono de la medicina, todo parece ir bien, en el trabajo y en la
familia, sus investigaciones se centran en el oído como dinamo del cerebro,
gracias a lo cual el individuo podrá hacerse cargo de él mismo. Todo lo
aprendido le obliga a replantearse la fisiología auditiva. Enunció una nueva
teoría, como todas sus anteriores ideas muy contestada, en ella afirma que la
función de la cadena de huesecillos del oído medio es poner en resonancia la
caja craneal en su totalidad.
A sus 56 años, cuando inicia su autobiografía, proyecto al que era bastante
reticente, siente que le queda mucho por hacer. Ese mismo año en septiembre
sufre a bordo de un avión que le llevaba a Madrid un colapso vegetativo,
durante el que experimentó una experiencia más allá de la muerte, donde tuvo
una visión como la representada en el cuadro de Fray Angélico. Supuso que la
vivió para tener confirmación de una creencia profunda, la muerte no existe
sino que es el último desafío, el que nos lleva a la plenitud de nuestro
ser.
Recuperado tras una larga convalecencia volvió a animar su Centro de Paris,
continuó con sus relaciones internacionales y preocupándose por nuevos aspectos
de los problemas de la escucha, por ejemplo el autismo.
En 1978 en el V Congreso de Audio-psico-fonología de Toronto sobre Dificultades
Escolares, habló sobre la relación intima entre la escucha y el proceso de
aprendizaje y los integradores cerebrales. Este fue el punto de partida de lo
que él denominó su "epopeya canadiense". Durante años repartió su
actividad entre Toronto y París, cuidando de la red europea que se constituía
poco a poco.
A partir de 1982, los OE presentan un nuevo parámetro, la precesión, dato
neurofisiológico. La escucha moviliza todo el sistema nervioso y éste organiza
la respuesta del oído para que se adapte y se prepare a escuchar. El oído
entrará en estado de precesión vestíbulo-coclear. A partir de 1983 volvió a
Europa donde sus reflexiones le orientaron hacia propósitos de lo más diversos
desde el comportamiento del embrión-feto (En 1984 participó en Estrasburgo en
un congreso de "La asociación contra la explotación de fetos
humanos"), el autismo, el vértigo de Méniêre, la epilepsia, el tartamudeo,
la imagen del cuerpo, el canto ( el año 1985 se celebró en París un congreso de
Canto Gregoriano y en Lyon compartió momentos privilegiados con instrumentistas
de la asociación Willems) y la comunicación en general.
Desde la infancia había sufrido de hipermetropía, y debido a una catarata
bilateral de rápida formación quedó prácticamente ciego durante un año, hasta
que fue operado en el hospital Evreux, situación que le condujo a ser un
escuchante aún más sensible. Recuperándose en su casa de Normandia "Saint-Yves",
junto a la abadía de Bec-Hellouin, que ya frecuentaba desde 1976, cuyo prior
junto con el de Mesnil-Saint-Loup le permitieron traspasar el umbral hacia el
que le conducía su fe y caminar a un mundo donde sólo Dios reina en plenitud.
A lo largo de su vida su nombre fue usado en varias ocasiones en dudosas
transacciones, lo que ha hecho dudar del objetivo de sus trabajos. Primero fue
con el O.E., luego la apertura de Centros, después los plagios de sus aparatos
e ideas, incluso el uso de su propio nombre para designar el método. Pero
siempre supo sobreponerse a las dificultades y aprender de ellas, añadiendo
ante sus detractores "¡qué bendición tener una especialidad que abarca
tantas cosas!" Datos extraídos de su autobiografía "El oído y la
vida".
Foto: Miguel Carrillo. Información extraída de la asociación Tomatis.