lunes, 15 de junio de 2015

Carboneras fuera del mapa de la educación y el respeto institucional




Hoy quiero darle las gracias a GICAR por colgar el vídeo de la investidura porque así más de una persona que estuvimos obligados a quedarnos en las inmediaciones del pasillo del Ayuntamiento y otras que no quisieron o no pudieron asistir, puedan ver un Pleno que me atrevería a calificar de "Carboneras no da envidia, no enamora".

Pena, no; lo siguiente a pena, bochorno, desazón y desfachatez. Cada uno tendría que verlo en silencio, en su casa, en la playa, o en el bar; sólo o acompañado; y pensar, ¿me da vergüenza o no?, ¿qué puedo hacer yo para evitar este espectáculo dantesco y que deja a Carboneras fuera del mapa de la educación y respeto institucional?

El saber estar es el gran desafío de esta legislatura. Lejos de los abucheos y los insultos de "leídos y no leídos", de "jóvenes y no tan jóvenes"; las imágenes ya valen más que mil palabras y no dejan duda de la fragilidad del ser humano y de las camaleónicas y cambiantes chaquetas. El sonido es un cáncer irreversible para cualquier carbonero de a pie, donde la única solución pasa por el bisturí. El voto es libre pero el valor de la honestidad, el saber estar y la franqueza es lo que hace al ser humano diferente.

Hay que saber mucho para ser sencillo. La sencillez es un resultado; la simpleza, un estado primario; y es lo que me inspira el vídeo del sonrojo.

Los fariseos que hoy se rasgan las vestiduras son los que gobiernan en B y un largo etcétera de oportunistas, que hace años estuvieron en la acera de en frente. De tanta marejada, si habían ganado, ¿qué pitaban ahora?, seguro, que el corazón les palpitaba por el pánico a que se mire debajo de las alfombras, a que termine una manera de hacer negocios con comisión para los míos, en vez de "pueblo para todos". Si no, yo no encuentro explicación a tanto odio, venganza y locura febril de familiares y amigos.

Creo en la libertad de expresión, en un humor sin otro límite que la inteligencia. Me desagrada la provocación zafia y vulgar. Vivir como un mortal es exigente. La esperanza se lleva en el corazón y se construye. La vida es una caja de sorpresas y nunca se sabe. La vida es larguísima.

Escribe Cicerón que los dirigentes fracasan cuando subestiman a sus amigos y aliados. Por ello, recomienda al buen gobernante asegurarse de saber qué está haciendo el adversario. En su opinión, el orgullo y la terquedad no son lujos que el buen gobernante se pueda permitir. Así que la concejalía de Educación y Cultura tiene una buena misión, introducir en los colegios la inteligencia emocional como asignatura obligatoria, para que el odio, el rencor, la aversión, el aborrecimiento, la tirria, el desprecio, la inquina o la rabia no se transmita de generación a generación. Esto es más serio de lo que parece, señores/as.

No todos son iguales, no.