jueves, 29 de junio de 2017

Si Goya levantara la cabeza, se bañaría en El Lancón: Gracias a Cristóbal y Pepi hoy es el pintor más conocido en la Glorieta. ¿Y de los contenedores y las farolas? Mientras el pueblo parado. Ni un solo proyecto para revitalizar el empleo ni la economía



Intensos dolores de cabeza, mareos, vértigo, pérdida de visión y oído, ataxia...Todo eso sufrió Francisco de Goya durante un viaje a Andalucía en el invierno de 1792-1793. Y de todo se recuperó, salvo de la sordera. El origen de tantos males nunca se ha sabido con certeza.
Al igual que nunca se sabrá con certeza porque tanta víscera derrama el equipo de Gobierno y su Clan del Arial contra el que fue el alcalde de Carboneras, Cristóbal Fernández, durante casi 30 años.

Cada vez que leo una información en un periódico local me viene a la cabeza que puede tener alguien contra una persona que ya no ostenta ningún cargo político; y es más, quieren tirar el anzuelo a ver si algún juez puede dejarlo fuera de juego, al igual que a la que fue concejala de Cultura, Pepi Cruz, a la que ya el actual alcalde mandó callar y es más, la que ha escuchado en el salón de plenos más que algún insulto (y este comportamiento no es de recibo, lo siento).

Las láminas de los Desastres de la Guerra, obra de la última etapa del pintor aragonés, se han convertido con el tiempo en una serie de estampas intemporales que se pueden aplicar a cualquier conflicto bélico del mundo. La muerte, las torturas, el hambre, la enfermedad, la insolidaridad... son todos desastres que envuelven a cualquier guerra mostrando la cara más amarga del ser humano.

Y eso mismo es lo que quiere traer a la palestra el equipo de Gobierno al denunciarles por la desaparición de una colección de 80 facsímiles de la serie de grabados de Francisco de Goya, "Desastres de la Guerra".