Hoy irrumpieron en la escena política. Una madre
y un tío. Una hermana y un hermano. Que construyeron Carboneras junto a muchos
hombres y mujeres que quisieron compartir momentos de historia en nuestro
pueblo. Todos los concejales socialistas que han pasado por el Ayuntamiento
arroparon a José Luis y a su equipo. No tienen nada de qué avergonzarse. Con
nombre y apellidos, personas, que inspiraron la Carboneras que desde el 82
venía empujando fuerte.
Pueden haberse equivocado, seguro. En más de una
ocasión, en más de dos, en más de tres, pero Carboneras crecía y no estaba con
la autoestima tan baja como en estos momentos. Inmersa en un mal sueño, en una
verdadera pesadilla. Y tienen corazón, como todos los socialistas y no
socialistas que hoy estaban en la Casa de la Música. Que no son míseros, ni
desgraciados, ni ladrones, ni tantos adjetivos tan peyorativos que más de uno
sin escrúpulos lanzan contra los afines al PSOE.
Hoy habló Charo. ¿Por qué no puede una madre
arropar a un hijo? ¿Por qué una madre no puede dar las gracias a un pueblo al
que le dedicó muchas horas de trabajo quitándoselo a sus hijos que no son
pocos, igual que muchos ex concejales que hoy subieron a un escenario porque en
un momento de su vida también dedicaron tiempo al pueblo y dejaron huella?
Pero voy a dedicar mi entrada a un hombre que
inspiró a una Carboneras en grande. Suscita más
amores que odios, pero en el fondo sus enemigos se quieren parecer a él; mejor,
pensar, expresarse, querer como él porque llevó a este pueblo, hace décadas
aislados del resto del mundo por carecer de carreteras y tener fama de gafe en
todas las Costas del Mediterráneo, a pasear con orgullo la MAR
DIVINA por cada rincón de España y fuera de sus fronteras.
Hoy Cristóbal habló bien alto desde el corazón.
Lo siento si alguno difiere. Pero creo que merece su reconocimiento porque él pensó en grande, y
quería y luchó para que las familias de pescadores, fontaneros, albañiles,
agricultores, carpinteros... y sus hijos pudiesen tener un futuro mejor, que
estudiasen en el instituto y en la facultad, que tuvieran las mejores
infraestructuras, que hiciesen deporte, que tuvieran biblioteca, que tuvieran
clases de música, que tuvieran parques, que tuvieran un Paseo Marítimo, que
tuvieran un Puerto Pesquero, que tuvieran turismo, que estuviésemos orgullo...
y un sinfin de ques... que no habría páginas para escribir. Hasta
posiblemente se equivocó en algunas cuestiones, saben por qué? Porque intento
hacer cosas en grande.
Nos da pena cuando escuchamos a más de uno que el Pabellón no nos lo
merecemos. Y por qué no? Y sentimos tristeza cuando desde los sillones del
Ayuntamiento nos llaman pueblo de chichinabo, o cogen una excavadora y la meten
sin piedad contra el Corral, contra los vestuarios en el Llano o se inventan
derribar el Simón Fuentes y la pista deportiva cubierta, o se inventan
escaleras en los Muertos o ponen a Popeye a degustar las gambas de Carboneras,
o te dan un portazo ante tu cara cuando vas al Ayuntamiento a pedir o a
solicitar lo que es tuyo y tanto han luchado muchas personas a lo largo de la
democracia…
Qué tuvo errores, claro que sí, pero tuvo errores porque lo intentó, porque
quería hacer cosas, porque generaba cambios, porque luchaba, contagiaba,
construía, y sobre todo porque siempre intentaba que los carboneros tuviésemos
lo mejor. Aún recuerdo la mayor campaña de publicidad en todos los medios
nacionales de la Mar Divina. Orgullo de Carboneras.
Pero no es de recibo y seguro que a ninguno de esos que pagan portadas y se
llenan la boca de insultos, injurias, agravios, maldiciones, de tanto odio, de
tanta víscera, les gustaría que hiciesen lo mismo con sus hijos, con sus
familiares, por trabajar y pensar en Carboneras en grande, pese a quien le
pese.
Su nombre se hace grande, se llena de abrazos, de cariño, de besos, de
gestos de ánimo, de valentía, de humildad de la gente que le quiere; su nombre
se hace grande con gente que sólo escuchar su nombre se le llena de boca de
odio, olvidando que Carboneras llegó a ser y estar en la cima de Andalucía
porque él y por un equipo de personas que pensó que Carboneras tenía que ser la
mejor e intentar que todos, sin exclusión, tuviesen las mismas oportunidades.
Sus enemigos tienen obsesión con él, pero él es grande porque lo hicieron
grandes sus logros y porque su madre lo parió así. Sólo un valiente sabe que el
brillo de los demás nos ayuda a construir buenas posibilidades, que el camino
es la complicidad y conectar con las personas.
Porque el futuro es presente, y el mañana es lo que sembramos hoy. Vale la pena
no olvidar lo que fue, lo que significó sin rencores.
Hoy le escuchamos pedir perdón. Pedir disculpas. Y creo que puede estar
bien tranquilo y dormir en paz porque lo ha hecho aún más grande y más humano.
Perseverancia, paciencia, visión, entusiasmo son valores como la ilusión,
el se puede, la fuerza y el sentido que nos permite dar un paso más es el ADN
que queremos para Carboneras desde Orgullo Carbonero.
Con tu puedo y con mi quiero, vamos juntos; y el mundo es de quien se atreve y
él se atrevió por una Carboneras mejor, pese a quien le pese. Y hoy está claro
que si José Luis, que será mejor que él, no me cabe la menor duda, saca la
mayoría absoluta, sí habrá un cambio en Carboneras.
Qué tuvo errores, claro que sí, pero tuvo errores porque lo intentó, porque quería hacer cosas, porque generaba cambios, porque luchaba, contagiaba, construía, y sobre todo porque siempre intentaba que los carboneros tuviésemos lo mejor. Aún recuerdo la mayor campaña de publicidad en todos los medios nacionales de la Mar Divina. Orgullo de Carboneras.
Pero no es de recibo y seguro que a ninguno de esos que pagan portadas y se llenan la boca de insultos, injurias, agravios, maldiciones, de tanto odio, de tanta víscera, les gustaría que hiciesen lo mismo con sus hijos, con sus familiares, por trabajar y pensar en Carboneras en grande, pese a quien le pese.
Su nombre se hace grande, se llena de abrazos, de cariño, de besos, de gestos de ánimo, de valentía, de humildad de la gente que le quiere; su nombre se hace grande con gente que sólo escuchar su nombre se le llena de boca de odio, olvidando que Carboneras llegó a ser y estar en la cima de Andalucía porque él y por un equipo de personas que pensó que Carboneras tenía que ser la mejor e intentar que todos, sin exclusión, tuviesen las mismas oportunidades.
Sus enemigos tienen obsesión con él, pero él es grande porque lo hicieron grandes sus logros y porque su madre lo parió así. Sólo un valiente sabe que el brillo de los demás nos ayuda a construir buenas posibilidades, que el camino es la complicidad y conectar con las personas.
Porque el futuro es presente, y el mañana es lo que sembramos hoy. Vale la pena no olvidar lo que fue, lo que significó sin rencores.
Con tu puedo y con mi quiero, vamos juntos; y el mundo es de quien se atreve y él se atrevió por una Carboneras mejor, pese a quien le pese. Y hoy está claro que si José Luis, que será mejor que él, no me cabe la menor duda, saca la mayoría absoluta, sí habrá un cambio en Carboneras.