Maldito parné…, destroza amistades, genera desavenencias familiares, y ofusca a los políticos. Hay ejemplos de bajadas de sueldos de alcaldes y concejales a lo largo y ancho del territorio español. Si haces una revisión por google te salen de todos los colores, desde Canarias, Portugalete, Zamora, Armilla, Adra, Barcelona Madrid, San Sebastián de los Reyes, Viator, Garrucha, Cartagena… y suma y sigue. ¿Es positivo bajar los sueldos? Pues pienso que no es positivo hacerlo de forma generalizada. Bajarlos es una medida popular dado los niveles de casos de corrupción que han azotado a España. Sobornos, fraudes, tráfico de influencias, cohecho, negociaciones prohibidas.
Los alcaldes y concejales han de ganarse la vida razonablemente (si se dejan la piel para hacer realidad los sueños de los carboneros, si se ponen a disposición de todos con diálogo y transparencia) aunque tienen que tener una consideración ante la delicada situación económica que atraviesan muchas familias y quitarse conceptos de dietas, las asistencias a plenos, a juntas de gobierno, la participación en eventos, fiestas y, en especial, echar mano más de los funcionarios, que algunas veces, sudan la silla; y evitar dedicaciones parciales;... por qué eso es parte de su agenda diaria.
Lo que es un hecho positivo y enormemente satisfactorio es tener a los mejores alcaldes y concejales; y los mejores funcionarios preparados. Pero aquí juzguen ustedes, porque yo lo tengo claro, quiero el mejor. El que eleve mi orgullo carbonero, pese a quien le pese, lo siento.
Desgraciadamente, lo digo porque veo como el Ayuntamiento parece una agencia de trabajo de colocación temporal o el INEM. Y algunos hacen política para ganarse el “sueldecillo”; y hay que repartir para todos los que nos juntamos, en deterioro de las arcas públicas, a pesar del argumento de sostener lo contrario. Ay parné de mi vida que me gustas tanto.
Los Ayuntamientos son las administraciones más próximas a los ciudadanos y son por ello esenciales para garantizar la transparencia, la participación y el nivel de servicios públicos que asegure la igualdad de oportunidades para todos, con independencia de sus gustos musicales, políticos o condición de raza y origen social. Pequé de nuevo de ingenuo al esperarme una medida de cultura empresarial de responsabilidad el primer día de Pleno, actuando con transparencia, explicando la información relevante, incluso más allá de la legalidad y no utilizar la situación de poder).
No informan, siguen en su tónica general, quizás el diagnóstico apunta a síntomas preocupantes ante hasta su dejadez para formarse en grupo (GICAR); y de momento, no conocemos ningún proyecto, con imaginación, para poder paliar el desempleo juvenil , en primer lugar; y a medio y largo plazo, construir un modelo de desarrollo económico sólido, pero me temo que tendré que esperar, lástima. Me imagino que no habrán tenido tiempo en cuatro años y un poquito más de pensar qué quieren hacer de Carboneras y con sus desempleados.
Jugar con el pan que da de comer de los hijos de muchas familias es un arma muy peligrosa, incitando políticas tan agresivas para la convivencia humana, deteriorando la imagen social de Carboneras. “Maldito parné, / que por su culpita/ dejé yo al gitano/que fue mi querer. /Castigo de Dios,/ Castigo de Dios/, es la crucecita que llevas a cuestas María de la O.
