domingo, 22 de marzo de 2020
Adiós a una persona íntegra: Francisco ahora cuando más te necesitaba Carboneras
Ha sido un duro despertar. Francisco Belmonte se ha ido. Se ha marchado como él siempre ha sido. Honesto, íntegro, en silencio, de sopetón, de golpazo. Hoy llora Carboneras. Ahora lloran las barriadas. Francisco no merecía este adiós. Francisco no merecía marcharse ahora cuando más lo necesitaba nuestro pueblo y sus barriadas.
Era más que conocido. Y no, por sus pésimas acciones, sino todo lo contrario, por ser una persona de buenas acciones, de talante, de diálogo, de sentido común, de mirar al frente, a los ojos de la gente, de los que estaban con él y de los que no. Francisco no te lo merecías porque aún te quedaban muchos sueños que conseguir, porque te quedaban muchos años que cumplir junto a tu familia y tus amigos, el mejor legado que defendías.
Francisco trabajaba en el Centro de Salud y ahora estaba de concejal en el Ayuntamiento de Carboneras. Volvió a la política porque sentía de corazón que podía poner un nuevo rumbo a un pueblo en el que trabajó siempre con actitud y positivismo, con entrega de esa de verdad, de las que te dejas la piel porque sabes que puedes avanzar a pesar de los obstáculos injustos y malévolos.
Francisco era una gran persona. El no tuvo la oportunidad de estudiar, ni casi ir a la escuela, pero su honradez y su disposición siempre la puso para los que más le querían y lo necesitaban, y dejaba siempre a Carboneras en el pabellón más alto.
Su sentido de la integridad y la entereza le hicieron ser de los mejores, de ese club de selectos que todos quieren tener como amigos. Se ha marchado por una puerta tan grande como su corazón, pero en un silencio que deja rotos a todos los carboneros, recluidos en casa y sin poder rendirle el último homenaje.
En la campaña electoral, sólo decía que quería que ganase el PSOE para que el nuevo equipo de jóvenes supiera lo que era ver crecer a un pueblo con ganas de trabajar, con ganas de apasionarse por los buenos proyectos, con ganas de salir siempre adelante.
Nunca utilizó la mentira para derribar a adversarios, y siempre puso el interés general por encima de sus intereses propios. Más de uno hoy borrará algunos de los comentarios y fotos tan desagradables que colgaron en un perfil que no merece la pena ni nombrar, porque así son los que sólo utilizan la maldad para desacreditar desde el mal gusto, el odio, ser sinvergüenzas, la mala educación e inoperancia a buenas personas. La política se juega con la H de Humanidad y T de Transparencia, y esa es la mejor lección que nos ha dejado Francisco.
Adiós Francisco. Este es nuestro mejor homenaje. Allá donde estés descansa en paz. Mucho ánimo a su familia y amigos.
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