Las campañas electorales tienen sus rituales. Uno de ellos son los discursos de los rivales y las pistas que se suelen deducir de sus palabras y gestos. Aquí en Carboneras, el ambiente se caldea y se multiplica por 100. No es una tormenta es un auténtico huracán. No es una falsa alarma. Es una falta de educación y de intromisión contra el honor y la dignidad de ciertas personas que no acaba nunca. Y la gente ya está harta. Y no es un ramalazo, ni un capricho ni un sarpullido ni un calentón. Se llama simplemente MALA EDUCACIÓN. Desde que irrumpieron en la escena política Antonio Hermosilla, Salvador Hernández, Felipe Cayuela, Pascual Díaz y Salvador Alarcón se echan de menos esas palabras de sentido común y de poner fin a una guerra de insultos, malos modales y lo que es peor intromisión de la vida personal.
Ayer Antonio Contreras tuvo que pedir perdón públicamente por sus comentarios que ofenden y es de agradecer. Si Antonio quiere ver un pueblo sin rencilla política, lo que tiene que hacer es dar ejemplo con argumentos sólidos, pero no utilizar ese vocabulario tan ordinario que le hace dar marcha atrás y menos manipulación con algunas personas.
Cómo se echa de menos en Carboneras políticos de la talla de José Ferre, el Santero, los de antes. Se acababan las elecciones, se finalizaban y todos a casa y argumentar a la Casa de todos los carboneros en los plenos. Porque con la riqueza de opiniones, un pueblo avanza; pero lo que está claro que con el odio, la amenaza y el miedo no se soluciona nada. Todo lo contrario, fortaleciendo el diálogo, desterrando el odio y con transparencia se puede hacer una Carboneras de todos y para todos.
Tener un digno respeto y ya no digo admiración por un adversario político es un ejemplo de educación; y ayer el Chacho Paco, Don Paco, volvía a la escena política de una manera casi esperpéntica que no le pega nada por su trayectoria de escritor. Nos imaginamos que los nervios están a flor de piel.
OCHO AÑOS PRODIGIOSOS
Estos ocho años han sido un auténtico despropósito. Y para cerrar la campaña estamos comiendo camiones de hierro hasta en la sopa. Perro muerde a perro. Y no puede ser. Desde el PP-GICAR y Felipe ni han pedido perdón ni decir nos hemos equivocado (ni algunos se han dignado a aparecer por las concentraciones en favor de una Carboneras con industrias limpias), tenemos los impuestos más caros de la provincia y de España, tenemos infraestructuras deficitarias, una política medio ambiental tan triste que hoy nos toca llorar, y unos inquilinos en el Ayuntamiento, nuestra corporación municipal, en estos últimos 8 años, no han conocido personalmente a dirigentes de Administraciones provinciales ni andaluzas. Sí perdón los conocen por sus salidas de tono "cállese cuando un hombre habla", el sicario de Pablo Escobar, Popeye vendiendo Carboneras y sus gambas; las facturas a sus familiares y suma y siguen... Y han sido incapaces hasta de llenar una piscina que se la dejaron hecha.
Este es el triste panorama. Un peaje que estamos pagando todos los carboneros, el más difícil de todos: el desgaste personal y del entorno, de la gente y su familia, que ya están hartos de que les mientan.
Este es el triste panorama. Un peaje que estamos pagando todos los carboneros, el más difícil de todos: el desgaste personal y del entorno, de la gente y su familia, que ya están hartos de que les mientan.
A Carboneras le falta un primer apellido: progreso. A Carboneras, le falta un segundo, apellido, quererme y no desgastarme más.
Esta es la década prodigiosa que esta noche se cierra y que los carboneros no tienen cuerpo para muchas fiestas.