Se veía venir. Cheska Díaz ya denunció a varios perfiles falsos por amenazas y hoy ha escrito una carta a los administradores de Me duelen los riñones carboneros. Parece a Cheska Díaz está feliz y con unas letras irónicas les lanza un mensaje:
CARTA DE CHESKA DÍAZ, A ME DUELEN LOS RIÑONES CARBONEROS:
Es lo más... acaban casi de nombrarme Reina de las Fiestas. En una página de mi pueblo. @meduelenlosriñonescarboneros
Salgo de una reunión y me encuentro en la actualización del facebook esta noticia.❤️ Me ha encantado recordar el verano en Carboneras. Ese día estaba El Lancón como un auténtico paraíso. Somos la envidia del mundo, y la suerte que tenemos de poder disfrutar del mejor pueblo del mundo y con una gente humilde y de corazón. Tuve la gran suerte de nacer en este lugar idílico, en frente de la Isla; pero es que además, tengo la mejor familia y mis mejores amigos/as y encima ahora mis mayores fans y seguidores de mi facebook personal donde eligen fotos. 🥰🥰🥰
Me acabo de echar unas risas con mi prima Isabel Carrillo Diaz, que es mi mejor amiga. No daba crédito de esta imagen, pero a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí, como diría Ángeles Caso. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera.
✌️
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser. Gracias Ángeles Caso de nuevo por tus palabras inspiradoras.
🥇
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
Me acabo de echar unas risas con mi prima Isabel Carrillo Diaz, que es mi mejor amiga. No daba crédito de esta imagen, pero a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí, como diría Ángeles Caso. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera.
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Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser. Gracias Ángeles Caso de nuevo por tus palabras inspiradoras.
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Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
💪💪La gente de Carboneras es maravillosa y quizás piensen algunos como el que me pone esta foto que me pueda convertir en una mujer amargada. Ustedes sigan. Porque el día que me toque esfumarme, me quedo con aquel puñadito de personas que piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Y por Carboneras, y reírme a carcajadas en Habana Vieja Carboneras o en el chiringuito Juan Mariano, o en la Frontera, o en la Marina o... comerme unas medias lunas en El Santero, correr por el Paseo Marítimo, echar unas partidas con las chicas de Balonmano, escuchar música en el Castillo o pasármelo en grande con tantas familias de los que he aprendido tanto. Lo bueno es que estos que escriben luego tienen los santos cojones y los dolorosos riñones de saludarme en Carboneras o hablar con mi familia. La verdad que es una maravilla que tengan tan buen concepto de una persona que adora a su pueblo y que se alegra por todo lo bueno que consiguen y que sean capaces de darle carácter a una foto de la que estoy tan orgullosa. Significa la felicidad en estado pleno. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.