Ay mis Cocones.
Olé. Olé y olé. Los Cocones está entre una de las mejores playas de Andalucía,
y porque no decirlo de España, para ir con niños a bañarse por sus aguas y por
su arena. Pero es que hijos míos el potencial de Carboneras es extraordinario.
Y todos los carboneros ni nos lo creemos.
Ay madre si
todos nos dedicásemos a trabajar por ella, creando, construyendo, animando,
sugiriendo, y dejarnos de venganzas y odios, seríamos la envidia del mundo.
Pero estoy en estado de shock al escuchar insultos, mentiras, rumores y ver celebraciones
sin fuste.
Aún no se sabe ná
de ná de nuestro futuro alcalde. Este parto este año va lento.
Estamos, sin
duda, ante una situación nueva en la política carbonera. Y tan nueva que pilla
a los actores y a los votantes muy confusos respecto al guión que han de seguir
en medio de ella, sobre todo, porque el matrimonio PP-GICAR no está fino.
Hace cuatro
años, lo tenían claro, juntos hasta el fin del mundo; ahora, habrá que ver
muchos folios y testamentos antes de volver a casarnos porque el casamiento puede salir
muy caro. El que hay de lo mío del clientelismo al dejad que vengan a mi para hablar conmigo.
Se pueden dar
varios escenarios por limpieza e higiene democrática; y lo más importante es
que si hay pactos o gobiernos en minoría o mayoría tienen que ser sostenibles,
y que se puedan explicar a todos los carboneros. Por el bien de todos.
Ningún político
tiene que ser frente de nada, ni ningún rodillo de nadie. Carboneras está
por encima de todo.
Mirad en
Valencia, detenidos el delegado del Gobierno y 8 personas más por corrupción,
confío que nunca tengamos que salir en el telediario por este tipo de acciones.