En las porras electorales suelo ser un desastre. Pero lo que tengo claro que gane quien gane, lo que deseo para Carboneras es un cambio. Que no se olviden ni nos destruyan. Que nos mimen y nos quieran. Cuando paso por el Simón Fuentes, se me encoge el corazón. Inclino la cabeza hacia el suelo porque tengo claro que esa es la Carboneras que no quiero. Tienen nombre y apellidos. Pero a las personas hay que respetarlas porque todos tienen sus madres. Pero las siglas PP-GICAR y AVANZA CARBONERAS son los culpables de la foto que más vergüenza me da de Carboneras. ¡¡¡Que más daño me hace!!!. Destruir, devastar el centro del Pueblo, el núcleo de nuestro paraíso, sin un proyecto, sin una ilusión, sin una esperanza. Aparca-coches, aparca-contenedores, aparca-ruido de feria. ¿Tan poco nos merecemos los carboneros? ¿Tan poco queremos a nuestro pueblo? ¿Tan pocas ganas tenemos de sacar pecho? ¿Tan pocas ganas de ser los mejores?
Me voy por la calle Sorbas pensando en ese cambio, que todos podemos conseguir. Y respiro en la Glorieta, en el Castillo, en el Patio Andaluz, y miro a San Antonio. Claro, él me mira porque tampoco quisieron que abriese sus ojos hacia el mar. Por ese trozo de Mediterráneo que llegó.
Y así es la historia de los últimos años en Carboneras. La Carboneras bonita, la Carboneras orgullosa, la Carboneras de derechos de la mujer, la Carboneras de tolerancia, la Carboneras de empleo y cuidada, la Carboneras con ganas de crecer tiene que llegar. Somos más los que queremos a Carboneras como un pueblo abierto al mundo y no sometido al bolsillo y al parón al que nos han llevado. FFS.
La buena noticia es que estamos a tiempo. El 26 M tenemos claro que podemos hacer posible el cambio.
Yo me apunto al cambio. Lo tengo claro. Ganar no es sumar, sino construir orgullo de pueblo. Juan, María, Antonio, Vanesa, Isabel, María del Mar... haz que pase por favor.