domingo, 14 de junio de 2015

Carta a Pascual, Pedro J., Ana María, José Luis, Mateo, Ramón... La otra selección, francamente me importa un bledo




Hoy estoy de resacón Camela. Me acaba de despertar una amiga que vive más allá de Despeñaperros, que llegó a su casa, se vino desde su pueblo, para vivir junto a mí, uno de los conciertos más intensos de Carboneras de la democracia. Camela fue todo un éxito. Gracias a los organizadores, porque a pesar de que para gustos hay colores, congregó a miles de personas en el Patio Andaluz. Pero como dice su canción: amigos que para empezar, sufren cuando te ven llorar, estos son de verdad, los que más te quieren, amigos no dudarán, si en algo pueden ayudar, para bien para mal, nunca te abandonarán.
Y con la melancolía de cuando una amiga se va, escribo esta tarde de lo que son amigos de verdad. La canción de Camela me llegó al corazón.

Pascual Díaz Hernández, Pedro J. Venzal, Ana María Moreno son tres nuevos integrantes en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Carboneras. Desde aquí les deseo suerte, y les pido que por favor se impongan e intenten no fallar a sus principios, y marquen un nuevo estilo de gobernar, rebelándose contra el insulto y pésimos modales y tics autoritarios de sus líderes.

Recuerden que ustedes representan a todos los carboneros, y espero que con su formación sepan valorar dónde tienen que estar las empresas de Carboneras (imagino yo que en su pueblo y dejen de externalizar los servicios), dónde tienen que invertir los impuestos de todos los ciudadanos, qué líneas de trabajo van a poner en marcha para motivar e incentivar a la juventud de Carboneras, qué plan de revitalización tienen para el comercio, qué políticas en educación y cultura, cómo se abordará la limpieza de las calles, el servicio de basura, los jardines, o qué van a hacer para reactivar el puerto pesquero y el turismo… Estas serán algunas de las áreas que os tocará trabajar, suficientemente importantes para dejar huella de una manera nueva de hacer política y hacer Carboneras.

Ah, y lean bien la letra pequeña para firmar documentos de los que luego se puedan arrepentir. Tienen ante sí un precioso papel que desempeñar, volver a colocar a Carboneras en el lugar que le corresponde, eso sí si les dejan y saber imponerse. Será duro, pero no imposible. Sé que habrá errores, desilusiones, fracasos. Pero gobernar es implicarse, responsabilizarse, participar, proponer e ilusionar.

Ah, sepan decir no a muchos de los intereses partidistas que le asaltarán por el camino, en beneficio de todos los intereses de los carboneras, con transparencia, dignidad, humildad y conciencia. Eviten simular a Cazorla, no digan palabras y critiquen a sus socios de Gobierno por su actitudes y comportamientos, que luego se puedan arrepentir. Nunca dejen a Carboneras aborchornada, avergonzada, para cualquiera que tenga un mínimo de sentido común.

La soberbia con la que algunos concejales van por la vida; la falta de humildad de aquellos que se han creído que esto es un negocio y que se sitúan dos o tres peldaños por encima del resto de los mortales o el abandono de una parte de la sociedad (la que más caso y apoyo necesita, por cierto) para solo volverles la mirada en las fiestas y con un sobre de favores cerca de las elecciones pasa factura. No os olvidéis que la gente quiere cambios y quiere políticos cercanos, personas como ellos, que tienen sus preocupaciones, problemas, y necesitan que les escuchen. Y la caza del adversario ni para los cazadores, porque en política al final todo sale.

Mientras, sólo queda esperar que el nuevo equipo de gobierno tome rápido las riendas de la institución y se ponga a trabajar para el conjunto de los carboneros. Estos cuatro años cuentan con ingredientes suficientes como para depararnos muchas, muchas, muchas sorpresas.
Carboneras es tan bonita y tan grande que necesita de gente que la quiera y no la entreguen al interés de los amos don dinero. Mira que tengo confianza en vosotros. Al igual que en José Luis, Mateo, Vanesa, Ramón, Isabel y Pepi porque representáis la nueva Carboneras, la de proyectos positivos y la regeneración para reconstruir lo que nunca debió ser. Y no quiero pecar de ingenuo, pero sí de soñador, sí se puede, claro que sí.

Los que están, en realidad, los que no han sido nombrados, es una “selección” a los que algún día confío se los lleve la “ponientá”, como dice mi abuela. Algunos con camisas más sucias que otros, de ahí mi famosa frase del Pacto del Ariel (para lavarlas). La frase final de la película más famosa de todos los tiempos, "Lo que el viento se llevó" acaba bajo la indiferencia: "Frankly, my dear, I don´t give a damn" ("Francamente, querido, me importa un bledo"). Eso es lo que importa ya esta selección. Quizá nos lleven a una situación de encefalograma plano. Sin constantes vitales y quién sabe si a los telediarios nacionales, por los rumores que corren de Fiscalía. Así que a trabajar por Carboneras chicos, que hay mucho tiempo que ganar.