lunes, 1 de mayo de 2017

Montones de tierra dicen adiós al sueño de los carboneros: ¿los cacharricos aquí? yo quiero que los Morancos lo inauguren porque este Clan son el hazme reir



El Ayuntamiento acaba de anunciar los trabajos de electrificación de nuestro querido, antiguo y añorado Simón Fuentes. Nunca hubiera trasladado el colegio de sitio, un lugar tan céntrico para todas las familias siempre va muy bien, sobre todo, conociendo las nuevas instalaciones que ya se quedan pequeñas y que han construido con una visión de futuro 0. Con el solar que hay al lado, que les hubiera costado hacer un salón de actos como Dios manda, o una biblioteca un poco más espaciosa... pero me imagino que confiaban que el futuro Pabellón ya habría abierto sus puertas con todas sus instalaciones al completo. Pero visto lo visto, estos gobernantes no saben ni por donde meterle mano a unas infraestructuras que se le quedan grande para su corta creatividad e innovación. En sus cabezas, no se tejen este tipo de proyectos que hacen grande a un pueblo, y ellos está demostrado que no lo quieren ni se preocupan por él, porque de ser lo contrario, se partirían la cara con las Administraciones provinciales y autonómicas para dar solución a muchos problemas de los que padece Carboneras.

Y hablando de solar, ¿habéis pensado si es bueno que un recinto ferial esté en pleno centro del pueblo? Desde mi punto de vista es una barbaridad, todo allí apiñado, pero, a este Clan del Ariel le gusta todo junto, junto y cerquita de los intereses de los suyos. Lástima que no tengan una visión más amplia de lo que allí, en el centro neurálgico de Carboneras tiene que haber, porque la pueden liar parda, y a ver quien tiene luego coraje de arreglar el desaguisado. Yo no me fío, ojalá me equivoque, pero si no es un proyecto a la altura del Patio Andaluz, que respire por los cuatro costados y pueda tener un punto de innovador, la imagen de Carboneras puede quedar muy dañada. Con el centro, no se juega. Ahora me da pena, cuando paso por allí, se mezclan los gritos de mi infancia con esos montones de tierra que me recuerdan a Siria. Y encima se cargaron unas pistas cubiertas que bien las hubieran aprovechado los niños en el pueblo.
Digo lo que siento, van a salto de mata, y así no vamos a ningún sitio, Clan del Ariel.