lunes, 13 de julio de 2015

Palmas por la peña flamenca El Salvador "El Pascua" y nuestros jóvenes músicos: conciertos en formato reclamo turístico




Me encanta la peña flamenca de El Salvador, el Pascua. Cuando escucho a Mariana me emociono. Y pienso que orgulloso tiene que estar su padre allá donde se encuentre, que seguro que le toca las palmas, cuando su voz se quiebra; ese lamento, llanto, y desgarro que cruje de su garganta y que nace de aquel padre que la hizo y que la vio nacer. Yo era un niño cuando en la calle Sorbas salía corriendo a escuchar al tío Salvador. En cualquier bar, en cualquier rincón su voz se transformaba en bulerías, fandangos… y lo que le saliera. Era todo un honor, un homenaje, un canto a la vida y a la humildad.

Era un maestro de la emoción, similar a los ojos vidriosos y pelos de punta que se me pusieron al escuchar el sábado a la peña. Noches como éstas y como muchas de las que hemos vivido en el Castillo merecen la pena degustar, saborear, paladear. La música está hecha de vida. Y el flamenco te pega un pellizco amargo en el corazón.

Peñas como éstas, o la Banda de Música, o las bandas de rock de jóvenes carboneros como el de José Venzal, Trip Stone, Capitan Canvion, forman parte de la identidad de un pueblo. La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión.

Cada uno en su estilo, es importante seguir fomentado la música y los conciertos en el pueblo, también se convierten en un excelente complemento para nuestros visitantes, pensar en grande como un gran evento musical no estaría nada mal, yo en una ocasión pensé en la Playa de los Muertos o en Las Marinicas, no es nada loco, puede ser un buen bombazo.







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