El GICAR gana un apellido. Ahora se les conoce como los No Adscritos. Los amigos del GICAR sufrieron de mucha pereza,
desgana, gandulería, dejadez, apatía o simplemente no les
dio la gana porque ellos son lo más, de realizar los trámites oportunos que
todos los partidos políticos representan a sus ciudadanos en el ayuntamiento, a la hora de formar el nuevo equipo de Gobierno días antes de la investidura.
Una de las innumerables cuestiones que se suscitan en los
Ayuntamientos es la problemática de los concejales no adscritos. En principio
los no adscritos son concejales de la Corporación pero que por diversas razones dejan
de integrarse en el grupo político municipal al que concurrieron en las
elecciones y así se constituyeron en el plazo previsto ante el Ayuntamiento.
Esas razones pueden ser voluntarias, como la renuncia o el abandono, o
involuntarias, cuando son expulsados del grupo por innumerables causas entre
las que destacan estar imputados o, en la mayoría de los casos, por sustentar
mociones de censura en contra del propio grupo o por quebrantar el Pacto
antitransfuguismo (cuando, por ejemplo, se apoya la candidatura de algún grupo
antagónico)... Un nuevo capítulo del GICAR y sus concejales.
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