Esto de comer tapas se está convirtiendo una plaga internacional. Se te gusta la gastronomía, tan sólo tienes que asomarte a la ventana de las principales capitales de España e incluso fuera del extranjero, estuve hace poquito en Londres, y las tapas están de moda. Y Carboneras no iba a ser menos. Hay que celebrar que los restauradores carboneros apuesten por la unión para intentar romper la temida estacionalización de la temporada turística, que en el caso de nuestro pueblo, está muy acentuada, en dos meses escasos. Carboneras, y no me hartaré de decirlo, es una joya preciosa para mimar, y explotar con cabeza y con un buen plan turístico que contemple cómo queremos crecer en los próximos años. De paso, dejo una idea, y es que la antigua plaza de abastos, que está desangelicada y triste, se convierta en un espacio gastronómico y de mercado, con productos al alcance de todos y que puede convertirse en un punto de encuentro interesante.
Yo ya tengo mi preferido, voto por La Marina.
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