jueves, 28 de septiembre de 2017
Como se acabaron los maratones, y se aburren... Pascual alguién mandó un mensaje por ti
La vida es muy corta. Y al pobre Pascual, siempre le andan haciendo la cama. Ayer alguien en su nombre mandó una nota que decía que diera luz a la publicación de La Voz de Almería. Y nuestro Cristiano Ronaldo diciendo que él no había sido que una tal Martina Silvestre, no afincada en Carboneras, y con un perfil falso, pero si censada entre los militantes del GICAR, se dedicó a ponerlo en los muros de los concejales para dar a conocer lo que desde 2007, hace 10 años, se denunció.
Hay que tener respeto por las decisiones judiciales, claro que sí Pascual, pero es más, hay que tener humildad para asumir que el pueblo con el consentimiento del Partido Popular en connivencia de GICAR atraviesa uno de sus momentos más tristes de dejadez, salvo correr en triatlones, maratones, y varios eventos deportivos, gran postureo para los amigos gobernantes. Sólo falta que Felipe, Salvador y Pascual también se enfunden un traje y se dediquen a recorrer los pueblos de Almería haciendo gala de sus cronos personales.
Lástima que Carboneras esté inmersa desde hace años en una crisis de identidad política donde ya son muy pocos los que se creen que no limpiar las calles, no buscar proyectos para crear trabajo, dejar las farolas abandonadas, llenar los bolsillos de sus familiares directos en facturas por servicios cuando hay más empresas en Carboneras que lo pueden hacer, etc, etc son el mejor pedegrí del peor equipo de Gobierno que ha tenido nuestro pueblo. Pero es más, donde no hay problema lo crean. Pero aún es peor, ya ni las Administraciones provinciales ni las autonómicas dan crédito a tanto despropósito.
Siempre hubo errores por parte de concejales de otros partidos en el Ayuntamiento e incluso gobernantes, y la Justicia está para dictaminar, pero lo que nunca hubo es tanta desfachatez y tanto clientelismo familiar.
Toda la mediocridad que ha venido después ha sido por el exceso de amor a lo material. Para mí toda esta decadencia se concretó cuando le dan la espalda a los problemas de los carboneros. Nos despeñamos moralmente. Hay que negarse a ser comparsa, hay que exigir el protagonismo de la propia vida, de la propia historia de los carboneros, y huir de tanto insulto bananero a los hijos de Carboneras. Todos tienen una madre y todos tienen una familia. Así que a buscar las láminas de Goya, que no es el hijo de la panadera, sino un pintor que se quedó sordo y ha vuelto a la vida en un pueblo del litoral almeriense.
80 facsímiles de Goya por valor a 3.250 euros, era algo así, más o menos. 40,6 euros cada una. Y las andan buscando cuando en flores, caterings, etc... hay cargos de centenas y miles de euros.
La justicia dictará, pero Carboneras necesita ya un revulsivo urgente que lo saque de su decadencia política, moral y social. Los carboneros merecen algo más.
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