Si Lola Flores levantara la cabeza se moría de golpe. Nunca pensaría que su apellido sería uno de los epígrafes de los gastos más sonados en el Ayuntamiento de Carboneras. Si hay carreras, hay flores; si hay pasarelas de moda, hay flores; si hay catering, hay flores y macetas; si hay, hay, hay... No llamaría tanto la atención seguro para los ecologistas y las mujeres del pueblo que les encantan tener los patios llenos de macetas, que en todos los actos públicos, sean deportivos como sociales y culturales, reinen las flores y pagadas por todos los bolsillos de los carboneros; pero lo peor es que las flores las venden la hermana del alcalde, cuando hay muchas más floristerías en el pueblo. Nunca hubo tanta cara dura y desfachatez en el Ayuntamiento de Carboneras. Los números cantan, y seguro que los bolsillos se agrandan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario