Fotos extraídas del Facebook que han remitido el correo Paco, el del Felipe.
Querido Paco, el del Felipe: así reza en tu mensaje. Espero que no haya muchos perfiles falsos con este nombre, o que seas el hermano del alcalde. No lo sé. Pero ya que han llegado unas fotos pornográficas al correo de Me duele el corazón carbonero, aprovecho para decirte que las amenazas y las invitaciones no nos quitarán las ganas de escribir sobre la situación política, económica, y sociocultural-deportiva de Carboneras.
Es una lástima que en vez de construir se dediquen a insultar, es una lástima que en vez de aportar aunque sea con una crítica negativa para enmendar errores o quizás llamar la atención de lo desacertado de algunas decisiones, se dediquen a mandar una foto que seguro que a su familia o mujer le sonrojaría si tienen un buen corazón y son gente humilde.
Ayer salió la sentencia de La Manada, y levantó a muchas mujeres y hombres que la consideran injusta. Mi solidaridad absoluta con esa mujer valiente y decidida que no se quiso callar. Quiero decirle que aunque haya jueces que despliegan una íntima aversión frente con ella, nosotros, toda la sociedad, la apoyamos.
No considero nada acertado su mensaje, pero también le confieso que no me da miedo pensar que no le gustará esta carta. Quizás tengo hoy un buen motivo para hacer una reflexión sobre qué quiere para sus familiares, hijos o amigos: una apuesta por la educación o por un lenguaje choni, enloquecido y pornográfico.
Como en la Manada, todo forma parte de un relato, como si fuera una nueva versión del cuento clásico, ahora titulado “Caperucita Roja y los cinco lobos feroces”, porque feroces eran los cinco hombres de “la manada” que se llevaron a la víctima a un portal para mantener relaciones sexuales no consentidas con ella, algo que sólo pudo suceder, a tenor de lo que cuenta la sentencia, con violencia e intimidación.
Espero que usted señor Paco, no caiga en los mismos errores de ser poco caballero.
Te has pasao 13 pueblos. Repugnante.Cosas como ésta, sino se pagan en este vida se pagan en la otra.
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