Las declaraciones en la radio del alcalde de Carboneras, Felipe Cayuela, abre una buena brecha entre el equipo de Gobierno del Ayuntamiento, formado por la pinza GICAR-PP. El Partido Popular calla ante tanto despropósito de sus colegas de bancada, pensando quizás, que el fuego no les podrá llegar a ellos, y recuperar votos cara a las próximas elecciones, tras el batacazo sufrido en las últimas que perdió bastante apoyos. La gestión de los ediles del PP, el tándem Pascual y Salvador es casi inexistente, y su silencio abrumador ante tanto poderío que desprende el holding de la calle Sorbas que hace y deshace a su antojo. Y encima miran de reojo a su colega, Salvador Hernández, quien ya está fuera del Ayuntamiento pero a quien Felipe quiere depositar todas las culpas de estas gestiones de empresas contratadas de dudosa legalidad.
Dios mío la que está liando Felipe, entre sus ideas de bombero y de salir corriendo hacia un callejón que puede estar sin salida ante la presión de la Fiscalía, puede estar entre la espada y la pared en un GICAR que hace aguas. A sus colegas Pedro J. Venzal, Peché; María Angeles Ruíz Venzal, parece que se les ha tragado la tierra ante la fuerza de Ana María Moreno, que tiene una buena papeleta que resolver en su área de Personal que gestiona desde que Felipe ascendió a la alcaldía. Felipe sigue siento el alcalde y concejal de Hacienda, todo en uno, en el túnel de acceso directo a las cuentas del Ayuntamiento, la casa de todos los carboneros, que asisten a espectáculos bochornosos y de gran desfachatez. ¿Qué tendrán que decir los concejales ante estas irregularidades?
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