martes, 29 de octubre de 2019

Coub, de director de orquesta a mediador entre Felipe y Salvador

Alain Pierre Cacoub, no sólo es el director de orquesta de las negociaciones de diferentes mociones de censura que ha vivido Carboneras, sino que se erige como el gran mediador entre un perdedor GICAR y un AVANZA que está dispuesto a todo para recuperar un sillón que tendrá que compartir.



Decía Maquiavelo, que el fin justifica los medios. Y eso mismo, debe pensar el grupo con el que se rodea un arquitecto y empresario francés, Alain Pierre Cacoub, quien siempre desea obtener sus mayores beneficios a costa de todos los bolsillos de los carboneros con el beneplácito de los dueños del holding de la Calle Sorbas.

Como si al empresario francés, con todo mis respetos a él y a todos los turistas francófanos que durante años vienen a Carboneras, le importase que los niños de nuestro pueblo tengan los mejores colegios, o se rodeen de las mejores instalaciones deportivas; o que se realicen los más innovadores proyectos para aumentar la calidad de vida, o que las personas de la tercera edad tengan una residencia o un centro de día, o que se prolongue el paseo marítimo... o que vengan empresas a instalarse o luchar junto al comité de empresa de Endesa, o tantas cosas que están en los programas electorales pendientes de realización. Algunos se hicieron realidad, y no precisamente ayudó él para que las generaciones del 80 vivieran momentos espléndidos con proyectos como un instituto, un centro de salud, un puerto pesquero... o Carboneras fuera conocida como un lugar paradisíaco, La Mar Divina.

No conozco ningún proyecto que haya financiado este hombre y haya donado al pueblo. Pero si que conozco y hay que echar mano a la hemeroteca que siempre estuvo implicado en las diferentes mociones de censura que ha vivido Carboneras y que puede volver a suceder. Una verdadera lástima que este empresario francés, siempre visite nuestro pueblo buscando sus intereses personales y regar de paso de ciertos parabienes (que cada uno lea lo que considere) a quien complazca su objetivo: poner en el sillón del Ayuntamiento a quien entienda aquella canción de ABBA, money. money, money...

Quizás Carboneras esté harta de hombres ricos que quieran aún enriquecerse más y desee vivir en un paraíso que necesita una buena botella de oxígeno para que todos disfruten del bienestar social que merecen. 

Salvador Hernández tiene clara su moción de censura, sin argumentos, pero quiere ser alcalde y se repartirá las prebendas y un sillón que Felipe se resistía a ceder. Entre chanchullos anda el futuro de Carboneras después de una época triste, gris, de popeyadas y muchas irregularidades que más de uno tendrá guardada debajo de su almohada. Quizás algún día los egos, nos pasen factura a lo que de verdad importa, que es que todos nuestros pequeños de hoy puedan presumir de vivir en un pueblo que se podría convertir en la envidia de Andalucía y que nos quiten ese cartel de popeyadas, felipadas y salvadoradas a costa de... sacar ellos pecho y todos agachar la cabeza de sonrojar en cada uno de sus movimientos. Creo que la credibilidad de López ganará enteros de mantenerse en su posición firme de hacer avanzar Carboneras.

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