miércoles, 10 de junio de 2015

Llueve y el terremoto del pacto. Con la mano levantá del arquitecto francés





Llueve. San Antonio es un crack, hasta se ha puesto triste por ver como un francés, arquitecto, que si la memoria de mi abuela no le falla, me dice que nunca regaló nada al pueblo, nos traiga ahora el turrón. Se ha convertido en el terremoto de las reuniones de PP-GICAR en el hotel de la calle Sorbas y nos deja de nuevo el pacto de la vergüenza, del orgasmo antisocialista, del bolsillo y la caja fuerte, y las 300.000 razones de no querer a Carboneras. El sábado aún alguién puede levantar la mano de la decencia, la transparencia, la integridad, la moralidad... Pondremos atención a sus caras. Si pondremos la atención. Mucha atención porque es el espejo del alma.
Siendo generosos, estamos ante la política de la vieja escuela, la del interés. Siendo realistas, es simplemente un cheque en blanco y sálvese quien pueda, que me quiero jubilar. Tengo confianza en las generaciones nuevas que entran por primera vez al Ayuntamiento, a ver si son capaces de decir basta ya. El camino nos lo dirá.
Viva San Antonio de Padua, Viva el Patrón de Carboneras

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