Ya tenemos alcalde. La verdad que habrá que darle los 100 días de cortesía para valorar su gestión, si esa manera de liderar que le reclama su tío desde el banquillo diferente a su antecesor. Porque la verdad que ante tanto jolgorio y alboroto, pensé que sus fans estaban muy contentos de su elección como alcalde y de la salida de Salvador Hernández. Parecía más una fiesta que un relevo en el sillón de la alcaldía de un compañero que se marchó con el beneplácito y el sí del partido del GICAR y el equipo de Gobierno que estaba de acuerdo en el modus operandi de no facilitar información a la oposición.
El GICAR tiene ahora otra etapa para culminar un giro que quizás estaba esperando un Felipe que siempre aspiró a sentarse en el sillón de la alcaldía y que tiene su oportunidad hoy desperdiciada quizás en un gesto nada acertado. Cerrar la boca cuando cogió una vara y brindar su mano a un falso diálogo que él no ha sido capaz de facilitar a lo largo de los siete años.
Quizás hoy podría haber pedido perdón o haber reconocido fallos antes de solicitar a una oposición que trabaje por Carboneras cuando sus proposiciones no han sido aceptadas, cuando los tilda de porquería y otros adjetivos, como clan... que no voy a repetir.
Felipe Cayuela destacó el trabajo y la confianza de sus compañeros del GICAR y Partido Popular que cerró filas sin ninguna objeción, y retó al Partido Socialista a dialogar, a dejar de lado las denuncias y centrarse más en trabajar por Carboneras. También se acordó de lo que él piensa que quieren los ciudadanos, que se unan y no es ético ni justo que se elimine al adversario de cualquier forma, quizás rehuyendo de su pasado.
Se acordó del Polideportivo, de las nuevas dependencias de la Policía Local, la zona multiusos, residencia, etc pero se olvidó de la dejadez del Puerto Pesquero, de algunas infraestructuras en educación, en creación de puestos de trabajo, de la limpieza de las calles, y otros centenares de problemas que acusan los carboneros.
Se olvidó de lo que decía John F. Kennedy, "no te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”, porque para él la baza principal es la oposición que tiene que agachar la cabeza, comulgar con sus presuntas irregularidades y trabajar de su mano para levantar un pueblo al que le hace falta un alcalde como Dios manda. Y mira por donde, que Ramón, al que linchan cada día en las redes sus correligionarios o colegas, como les guste más a ellos, ahora tiene que venir a salvar a los jóvenes carboneros, cuando en sus propias notas de prensa lo omiten o lo tachan.
Quizás le haya faltado pedir perdón antes de pedir colaboración a una oposición que hace su trabajo lo que ellos duplicaron en sus antiguas etapas. Lo que tú no quieres que te hagan creo que no lo deberías hacer. Así es la vida. Y ahora que dejen de lado los juzgados, cuando ellos son los primeros que se han encargado de llevar diferentes asuntos al banquillo. A veces bolas de humo para desviar la atención de cómo puedes hacer un gobierno desde la imposición para sus familiares.
No lo digo yo, lo dicen también los carboneros, esos mismos que a veces están bien hartos de tanta puerta cerrada en un Ayuntamiento que es de todos los ciudadanos.
Quizás si os molestaban ciertos tics de anteriores gobiernos, en el ejemplo está la prueba, pero no, la culpa siempre para el de enfrente. Miren las fotos, escuchen los vídeos, y luego, juzguen.
Aquí en Carboneras ya nada es sorpresa.
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